Hay quienes conocen a Martín Caparrós por sus crónicas, otros tantos por las novelas. Hay quienes lo leen en su blog de El País. Otros, muchos, más de 93.000, lo siguen en Twitter. Los demás, acaso, lo identificarán por el bigote de puntas enroscadas.
Esta entrevista virtual la concedió con el bozo apenas creciendo porque tuvo que afeitárselo para actuar en una película. Dice que fracasó en el intento de volverse otro. Entonces, siendo él mismo, auténtico, ácido y preciso, respondió este #perfiltuitero.
Usted escribió nueve novelas y muchos más libros de crónicas y ensayos, ¿qué historia escribe en este momento?
“Estoy escribiendo, desde hace un par de años, una crónica/ensayo sobre el hambre en distintos lugares del mundo”.
Usted escribe periodismo y ficción, ¿dónde se siente más cómodo?
“No me siento más cómodo en ninguna de las dos. La comodidad no es un valor de la escritura. El riesgo, si acaso”.
¿Qué tan gruesa es la línea divisoria entre el periodismo y la ficción?
“La división entre periodismo y ficción no tiene que ver con la escritura sino con lo escrito: si es o no verdad. Esa es una línea fina”.
¿Cuáles son las frases hechas de los periodistas que más odia?
“¿’El periodismo es un apostolado’? ¿’El periodismo es necesario’? ¿’El periodismo es el primer defensor de la libertad’?”.
Sabemos que le gusta el fútbol, ¿para usted qué significa este deporte?
“Alguna vez dije que ver fútbol es mi espacio de la salvajería feliz: hacer algo notoriamente inútil con toda la pasión”.
¿Cuál cree que es la mejor forma de contar un país?
“Vivirlo, por supuesto. Recorrerlo, pensarlo, escucharlo y dar con la forma apropiada, que es lo más difícil”.
¿Cuál es la perspectiva que tiene de Argentina, su país, actualmente?
“Que la Argentina gira sobre sí misma, se enreda, se tropieza y cae. Se levanta, vuelve a girar y se enreda. Lo llamamos calesita”.
Si tuviera que calificar a los medios argentinos, ¿qué diría de ellos?
“Si tuviera que calificar a los medios argentinos diría que solo los salva la comparación con otros medios latinoamericanos”.
¿Cree que actualmente el Gobierno argentino coarta la libertad de prensa en el país?
“Como lo hacen muchos gobiernos: manejan la publicidad, amenazan y usan los medios públicos en su favor. Pero no creo que censure”.
¿Cree que en Argentina hubo una verdadera reparación a las víctimas de la dictadura?
“¿Cómo se puede ‘reparar’ a las víctimas de torturas y asesinatos? Lo que se puede es castigar a sus victimarios y eso sí sucede”.
Usted tuvo que exiliarse entre 1976 y 1983, ¿qué le quedó de esta experiencia?
“De aquel exilio me quedó, sobre todo, la conciencia de que el mundo es mucho más que mi país. Eso solemos olvidarlo”.
¿Qué tan lejos está Latinoamérica de vivir una época de represión, con el socialismo del siglo XXI?
“No me parece que lo decisivo del ‘socialismo del siglo XXI’ sea su carácter represivo, sino su incapacidad de ser socialista”.
¿Qué tiene una buena crónica?
“Inteligencia -la capacidad de inteligir-, paciencia -la de escuchar-, talento -de contar- y, emoción -de conmover y conmoverse-”.
¿Qué opina del papel que juegan los medios de comunicación en las redes sociales hoy en día?
“Los medios intentan sumarse a las redes sociales y eso está bien. El problema es que no pueden marcar su ritmo, sino que lo siguen”.
¿Comparte la hipótesis de que la gente no lee textos largos en Internet?
“No. Mucha gente lee textos largos en la red. Yo publiqué entrevistas de 80.000 caracteres en mi blog”.
Recomiéndele un libro a los usuarios que nos siguen en Twitter
“El libro ‘para ver mejor de qué hablábamos’, dos antologías de crónica latinoamericana publicadas en 2012 por Anagrama y Alfaguara”.
