El Ejército de Liberación Nacional (ELN) confirmó este domingo que suspenderá sus acciones militares ofensivas contra la Fuerza Pública durante las festividades de Navidad y Año Nuevo mediante un cese al fuego unilateral que generó una reacción inmediata de la Defensoría del Pueblo al calificar el anuncio como un alivio necesario pero insuficiente si no se detienen las hostilidades contra la población civil y se liberan a los secuestrados.
La Dirección Nacional del grupo insurgente emitió un comunicado en el que orientó a todas sus estructuras y frentes de guerra a detener los fusiles temporalmente. Según el documento conocido este 21 de diciembre de 2025, la suspensión de las operaciones militares ofensivas iniciará a las 00:00 horas del próximo 24 de diciembre y se extenderá hasta las 00:00 horas del 3 de enero de 2026.
ELN decreta tregua en Navidad, pero crecen llamados a más gestos de paz
El grupo armado explicó que esta decisión busca enviar un mensaje de tranquilidad al pueblo colombiano para que puedan disfrutar de la temporada de festividades. Sin embargo, en su comunicación justificaron su actuar bajo una retórica política en la que mencionaron la presencia de tropas estadounidenses en el Caribe y aseguraron estar listos para defender la soberanía nacional junto a lo que denominaron patriotas.
Aunque el ELN enfatizó en que la orden principal es no atacar a las Fuerzas Armadas del Estado, también dedicaron un espacio para negar que sus operaciones tengan como objetivo afectar a la ciudadanía. El comando central aseguró que no es política de la organización realizar acciones que perjudiquen a la población y culparon a los organismos de inteligencia y a los medios de comunicación de crear una imagen falsa sobre su responsabilidad en las afectaciones civiles.La respuesta institucional no tardó en llegar. Iris Marín Ortiz, Defensora del Pueblo, se pronunció sobre el comunicado de la guerrilla y aseguró que recibió el mensaje con cierto alivio, pero también con angustia.
Para la funcionaria, el respeto a la población civil no debería ser un anuncio extraordinario, sino una obligación básica de cualquier actor en conflicto.
Marín Ortiz señaló que su despacho observó daños sostenidos a la población civil por parte del ELN a lo largo del año, por lo que exigió pruebas reales de voluntad de paz. La Defensora fue enfática en que un verdadero gesto de coherencia por parte de la guerrilla sería la liberación incondicional de todas las personas que permanecen secuestradas en su poder, una práctica que mantiene en zozobra a decenas de familias en el país.
La funcionaria también puso sobre la mesa una realidad compleja del conflicto actual y es que la guerra no es solo contra el Estado. El ELN mantiene confrontaciones abiertas con otros grupos armados ilegales en varias zonas del territorio nacional por el control territorial. Por ello, la Defensoría pidió que este cese de hostilidades abarque también los enfrentamientos con esas otras estructuras criminales, pues el fuego cruzado es lo que termina confinando y desplazando a las comunidades.El escepticismo de la Defensoría del Pueblo tiene un fundamento histórico reciente. Iris Marín recordó que hace exactamente un año el ELN realizó un anuncio de cese al fuego muy similar para las fiestas decembrinas, pero el desenlace al finalizar la tregua fue violento. La funcionaria explicó que, tras esa pausa, la guerrilla continuó sin piedad sus ataques contra la población apenas inició el mes de enero.
La Defensora trajo a la memoria lo ocurrido en la región del Catatumbo, donde tras el periodo de calma navideña, el grupo armado declaró una guerra que desencadenó el desplazamiento masivo más grande de la historia reciente de Colombia. Aquella ofensiva infundió un miedo generalizado en miles de personas inocentes que tuvieron que abandonar sus hogares, una situación que el Ministerio Público quiere evitar que se repita en el arranque de 2026.
El mensaje final de la entidad garante de los derechos humanos fue directo. Aunque saludaron el anuncio de la tregua temporal, concluyeron que es necesario pedir más compromisos para que la paz no sea solo un paréntesis de diez días en medio de la guerra.