En un mensaje publicado en su cuenta de X, antes Twitter, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, es un “dictador”, pero aseguró que no existe evidencia de que sea un narcotraficante, como lo asegura Estados Unidos.
“Maduro es dictador por concentrar poderes, pero no hay ninguna evidencia en Colombia de que sea narco. Esa es una narrativa de los EE. UU.”, publicó Petro.
El mandatario de los colombianos respondió así a una crítica en la red social de la periodista Ángela Patricia Janiot, quien preguntó: “¿por qué será que Gustavo Petro no tiene ningún pudor en llamar nazi y fascista al presidente electo de Chile, José Antonio Kast, y permanece mudo y con miedo de llamar a Nicolás Maduro como un narcodictador y usurpador del poder?”. Lea: Gustavo Petro lanza nuevas criticas contra el presidente electo de Chile y la derecha
Sobre el presidente electo de Chile, José Antonio Kast, Petro reiteró que se trata de un “nazi” y que lo ocurrido en Chile no representa una victoria de la derecha, sino de la extrema derecha, a la que describió como “puro fascismo” en América Latina, acusándola de promover y no arrepentirse de actos de violencia y genocidio.
Estados Unidos contra Nicolás Maduro y Venezuela
La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, ha acusado a Nicolás Maduro de liderar un supuesto grupo terroristas denominado Cartel de los Soles. Esta acusación ha sido rechazada de forma categórica por el Gobierno venezolano.
Estados Unidos también desplegó un amplio contingente de fuerzas militares en el mar Caribe y ha venido interceptando embarcaciones en la zona; la más reciente fue un buque petrolero.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso el mes pasado la conformación de un “gobierno de transición compartido” en Venezuela como salida a la crisis política y social del país y como una forma de evitar una eventual intervención extranjera. Caracas ha denunciado que el reciente despliegue aeronaval de Estados Unidos en el mar Caribe, justificado por Washington como una operación contra el narcotráfico, representa en realidad una amenaza a su soberanía.