La convivencia en conjuntos residenciales en Colombia está regulada por una serie de normas que buscan garantizar el bienestar colectivo y el respeto entre vecinos. Estas disposiciones no solo aplican a las personas, sino también a los animales de compañía que habitan en las copropiedades.
Aunque tener mascotas como perros y gatos es una decisión personal o familiar —motivada por compañía, seguridad o afecto—, su permanencia y tránsito en zonas comunes como pasillos, jardines, ascensores y áreas recreativas está estrictamente regulada. El desconocimiento o incumplimiento de estas normas puede derivar en sanciones económicas y medidas disciplinarias por parte de la administración del conjunto.
Las reglas de convivencia establecen lineamientos claros para prevenir ruidos excesivos, accidentes, ataques, daños a zonas comunes y situaciones que afecten la tranquilidad de los residentes, en especial de niños, adultos mayores y personas con condiciones de salud particulares. Lee también: Negocios en conjuntos residenciales: lo que dice la ley en Colombia.
¿De cuánto es la multa para los dueños de mascotas en Colombia?
En Colombia, los propietarios de perros pueden enfrentar una multa de $711.750 si incumplen las normas de tenencia responsable en espacios comunes de conjuntos residenciales. Esta sanción equivale a 15 salarios mínimos diarios legales vigentes en 2025.
El respaldo legal de estas multas se encuentra en dos frentes. Por un lado, la Ley 675 de 2001, que regula el régimen de propiedad horizontal, faculta a las copropiedades para establecer reglas internas que protejan la seguridad, la salubridad y la tranquilidad de los residentes. Por otro, el Código Nacional de Policía y Convivencia fija obligaciones específicas para los dueños de mascotas.
Entre estas obligaciones se encuentran el uso obligatorio de correa para todos los perros y el bozal para aquellos considerados potencialmente peligrosos, medidas que deben cumplirse tanto en espacios públicos como en zonas comunes privadas.
Medidas más severas si no se cumplen los acuerdos
Además de las multas impuestas por las autoridades, las administraciones de los conjuntos residenciales pueden aplicar sanciones internas cuando una mascota represente un riesgo constante para la comunidad. Estas medidas pueden incluir llamados de atención, restricciones de uso de zonas comunes e incluso procesos sancionatorios más estrictos, siempre que estén contemplados en el reglamento interno.
No obstante, dichos reglamentos deben haber sido aprobados democráticamente en asamblea y no pueden contradecir la normativa nacional. En todos los casos, la clave está en la tenencia responsable y el respeto por las normas que permiten una convivencia armónica entre personas y animales. Lee también: Reforma tributaria: así afectará las cuotas de administración en conjuntos residenciales.