A medida que se acerca el inicio de 2026, las tradiciones relacionadas con la prosperidad y la protección vuelven a ocupar espacio en los hogares. Entre los rituales que ganan presencia en diciembre, uno en particular destaca por su simplicidad y por el simbolismo que muchos le atribuyen: incorporar una cinta roja en el árbol de Navidad como un gesto de intención para el nuevo año.
En diversas prácticas culturales y en corrientes como el Feng Shui, este elemento se usa como un recordatorio visual de energía positiva. Su presencia en la decoración no solo responde a criterios estéticos, sino a la creencia de que puede influir en la estabilidad y en el bienestar del hogar durante el ciclo que comienza. Lea: Expertos alertan sobre el impacto emocional que genera la Navidad
El rojo, históricamente asociado con la vitalidad y la fuerza, también ha sido interpretado como un color con cualidades protectoras. En varias culturas se emplea para marcar nuevos inicios, cerrar etapas o fortalecer el ánimo en momentos de transición, como ocurre al finalizar un año.

Significado espiritual y ubicación recomendada en el árbol
Las personas que siguen estas prácticas aseguran que la cinta roja se asocia con la llegada de oportunidades económicas, la búsqueda de equilibrio en la vida familiar y la intención de enfrentar el año con una actitud renovada.
Según estas creencias, colocarla en lugares visibles del árbol, en especial cerca de las luces o en las ramas altas potencia su simbolismo, pues representan proyección, claridad y crecimiento.
Aunque su uso es completamente simbólico, la costumbre sigue extendiéndose entre quienes buscan acompañar las festividades con gestos que refuercen sus deseos para 2026. Para muchos hogares, incluir este pequeño detalle se convierte en una forma sencilla de cerrar el año con esperanza y de recibir el nuevo ciclo con una disposición más optimista.

