Una historia que comenzó con un hecho doloroso terminó convirtiéndose en un caso judicial que hoy cuestiona los límites éticos y legales de los tratamientos de reasignación de género en menores de edad. Laura, una joven de Cali, fue sometida a un proceso médico que incluyó terapia hormonal y cirugía de masculinización torácica antes de cumplir los 18 años, sin que —según sus padres y su abogado— existiera el consentimiento informado que exige la ley.
El caso, revelado por Noticias Caracol, ha abierto un debate sobre el manejo de los diagnósticos de disforia de género en niños y adolescentes, así como sobre la responsabilidad de los padres, las instituciones médicas y el Estado ante procedimientos que pueden tener consecuencias irreversibles. Lee también: España aprueba el aborto y el cambio de sexo desde los 16 años.
Una transición temprana: lo que denuncia la familia de Laura
Según el abogado Pedro Contreras, representante legal de Laura, el proceso comenzó cuando ella tenía entre 5 y 7 años y sufrió un abuso sexual. Años después, ya adolescente, comenzó a mostrar síntomas de depresión, ansiedad y rechazo hacia su cuerpo femenino. En 2017, con apenas 15 años, fue remitida a la Fundación Valle de Lili, donde —según el abogado— fue diagnosticada apresuradamente con disforia de género.
Contreras asegura que el equipo médico de la clínica inició el tratamiento con testosterona antes de que Laura cumpliera los 16 años, edad mínima establecida en los protocolos médicos internacionales para aplicar este tipo de hormonas. Además, afirma que la familia nunca firmó el consentimiento informado, documento esencial para autorizar este tipo de procedimientos.

Testosterona, cirugía y arrepentimiento: el giro en la vida de Laura
En enero de 2020, apenas alcanzó la mayoría de edad, Laura se sometió a una cirugía de masculinización torácica, conocida médicamente como “mastectomía bilateral”, con la que se busca crear un contorno de pecho masculino. Sin embargo, meses después, en medio del confinamiento por la pandemia, comprendió que no deseaba continuar con su transición.
“Yo soy Laura, soy mujer. Todo lo que hice fue un error”, habría dicho al reflexionar sobre su proceso, según su abogado. Desde entonces, la joven decidió emprender una batalla legal contra la Fundación Valle de Lili, argumentando que los procedimientos fueron realizados sin la debida evaluación y sin que ella tuviera plena conciencia de sus consecuencias.
Lo que busca el proceso judicial de Laura en Colombia
Laura, hoy de 23 años, interpuso una demanda por mala praxis médica contra la clínica. Su abogado solicita no solo una indemnización, sino también una revisión exhaustiva de los protocolos que rigen los tratamientos de reasignación de género en menores de edad.
Por otro lado, es importante señalar que en Colombia no existe una ley específica que regule estos procedimientos, y los casos se manejan bajo jurisprudencias particulares. “Este caso debería servir para que el Congreso regule cómo y cuándo se deben realizar estas intervenciones”, afirmó Contreras.

