Un “congreso de brujería” es un evento cultural, espiritual o esotérico donde se reúnen personas interesadas en la magia, los saberes ancestrales, lo sobrenatural y los rituales populares. Este tipo de encuentros suelen combinar componentes académicos, artísticos, espirituales y sociales, e incluyen talleres, charlas, ferias, exposiciones, música y danza.
En ciudades como Catemaco, Veracruz (México), se celebra el Congreso Nacional de Brujos de Catemaco, también conocido como Ritos, Ceremonias y Artesanías Mágicas.
Allí se dan cita chamanes, curanderos y herbolarios para compartir sus conocimientos. En Chile, la Universidad Andrés Bello organizó el Congreso Internacional Virtual Aquelarre, centrado en la brujería, la hechicería y las supersticiones, evidenciando el interés académico y social que despierta el tema en la región. Lea también: Polémica por Festival de Brujería de Comfama en Medellín
Cuando la brujería tuvo su propio congreso mundial en Colombia
Fue Bogotá, en 1975, la ciudad que protagonizó uno de los episodios más recordados en torno a estos temas: el Primer Congreso Mundial de Brujería, un evento histórico que reunió a más de 3.000 participantes y generó una ola de escándalos y polémicas. Aún hoy circulan en redes sociales fotografías y recortes de prensa de aquella época.
En agosto de 1975, la capital colombiana se transformó por unos días en la improbable capital mundial de la brujería. En los pabellones de la Feria Internacional de Bogotá (hoy Corferias) se desarrolló un aquelarre monumental que mezcló conferencias sobre hipnosis y telepatía, rituales afros e indígenas, obras de arte, pócimas y hasta venta de carros y neveras.
El evento, tan monumental como extravagante, atrajo a cerca de 300.000 visitantes y ocupó titulares en medios como El Espectador, Cromos, Time, Rolling Stone, The Guardian y Le Monde.
“La moda bruja se toma Bogotá. Vistiendo túnicas oscuras y collares de cuentas, miles de curiosos asistieron a los pabellones de la Feria Internacional, donde se realiza el Congreso Mundial de Brujería. Nunca en la historia de la capital se había visto un espectáculo semejante —afirmó un asistente—. Hay desde vendedores de pociones hasta magos ofreciendo sus servicios", se lee en algunas de las páginas publicadas en redes sociales.
El congreso fue una idea del empresario paisa Simón González Restrepo, dueño de la agencia de viajes La Rana e hijo del escritor Fernando González. Lo que comenzó como una aventura comercial también fue una provocación cultural: dar espacio a lo que hasta entonces se había marginado bajo la etiqueta de “superstición”. Mientras algunos lo vivieron como una fiesta contracultural, otros lo criticaron por considerarlo un espectáculo para incautos.
Hoy, medio siglo después, el debate vuelve a surgir con el anuncio de un evento similar que se realizará próximamente en Medellín.
En países donde las religiones como el catolicismo o el protestantismo tienen fuerte presencia, la brujería suele verse como algo incompatible con los valores morales o cristianos.
Esto genera rechazo en ciertos sectores. En el caso de Medellín, algunos políticos han manifestado que el evento va “en contra de la moralidad cristiana y de los valores de las familias antioqueñas”.