El Gobierno colombiano oficializó la exclusión de Iván Márquez como representante de la Segunda Marquetalia en la mesa de negociaciones, luego de confirmar su ausencia por más de once meses y su negativa a participar en los encuentros programados.
La decisión fue formalizada mediante una resolución que subraya el prolongado distanciamiento del excomandante de las FARC del proceso de diálogo.
De acuerdo con el documento, Márquez no ha hecho presencia en ninguna sesión de la mesa de paz desde noviembre de 2024. Durante ese mes, en una reunión citada en Puerto Asís (Putumayo), los países garantes y las entidades acompañantes recibieron una comunicación firmada, presuntamente, por el propio líder insurgente, en la que “manifestaba su rechazo a la reunión y a las actividades que de allí se deriven”. Lea: 44 años de cárcel para ‘Iván Márquez’ por asesinato de sargento secuestrado
Desde entonces, su paradero se convirtió en un misterio y el Gobierno decidió revocar su condición de negociador, al considerar que su comportamiento es incompatible con el papel de interlocutor oficial.
La resolución recuerda que, según el artículo 22 de la Constitución Política, la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, y reafirma que el presidente de la República tiene la potestad de definir “cómo, cuándo y con quiénes puede llevar a cabo diálogos y negociaciones”.
El paradero desconocido de Iván Márquez
El caso de Iván Márquez se ha vuelto cada vez más enigmático. Pese a los esfuerzos de los organismos de inteligencia, no hay señales claras sobre su ubicación o estado. “A pesar de las labores de inteligencia de la fuerza pública, no hay datos confiables que permitan establecer su paradero o su estado”, aseguró el ministro de Defensa, Pedro Sánchez.
Algunas versiones no confirmadas sugieren que podría encontrarse en zonas remotas de Venezuela o en regiones fronterizas entre ambos países, pero ninguna autoridad ha podido verificarlo. Las dudas sobre si sigue con vida aumentan la incertidumbre en torno al rumbo de la Segunda Marquetalia, una de las principales disidencias de las antiguas FARC.
Fragmentación interna en la Segunda Marquetalia
La salida de Márquez de la mesa de diálogo ocurre en medio de una creciente fragmentación dentro de esa estructura insurgente. El propio ministro Sánchez señaló recientemente que “se creó la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, lo que indica que hay un desprendimiento dentro de estas estructuras ilegales”. Este nuevo escenario refleja una reconfiguración de las disidencias y una posible pérdida de liderazgo por parte del excomandante.

El Gobierno ha insistido en que, pese al retiro de Márquez, el proceso con otros grupos continúa. En la mesa aún participan organizaciones como la Coordinadora Guerrillera del Pacífico (CGP) y los Comandos de la Frontera – Ejército Bolivariano (CDF-EB), que ahora operan bajo la figura de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano. Estas facciones han expresado su disposición a mantener los acercamientos desde los territorios, lo que permitiría conservar cierta continuidad en el proceso de paz.
La Segunda Marquetalia, fundada por Márquez tras la ruptura del Acuerdo de Paz de 2016, ha sido señalada por las autoridades por su participación en actividades como narcotráfico, extorsión y ataques armados. Su desarticulación interna plantea un reto adicional para la política de “paz total” que impulsa el Gobierno actual.
Mientras tanto, la incógnita sobre el futuro del exjefe guerrillero —con más de 400 años de condenas en su contra por diversos delitos— sigue siendo uno de los puntos más sensibles en el panorama del conflicto. Su ausencia prolongada no solo afecta la estructura de mando de la Segunda Marquetalia, sino que también pone a prueba la capacidad del Estado para mantener el diálogo con las disidencias que aún operan en distintas regiones del país.