Tras sobrevivir a uno de los hechos más reprochables ocurridos en el país durante el pasado mes de septiembre, Fabiana Karina Rincón Durán, la mujer de 35 años que fue atacada a martillazos por su expareja sentimental al llegar a su casa, luego de regresar de una cena en la que se celebraba su cumpleaños, habló del difícil momento en el que pensó, no viviría para contarlo.
Para Fabiana, según señaló en diálogo con la Revista Semana, aun siguen siendo inexplicables las razones que motivaron a José Urbano Medina Villa, su expareja, a propinarle tres golpes en el rostro y diecisiete en el cráneo, haciendo uso de un martillo que guardaban en el baño social de la vivienda que compartían.
“Yo simplemente llegué de la cena, me dirigí a mi habitación, me fui a empijamar, inmediatamente me quité el pantalón, él ingresó y lo rompió completamente y salió de la habitación. Se dirigió al baño social y logré ver que estaba tomando el martillo que estaba sobre una caja de herramientas, al lado de alicates. Él entró y yo simplemente supuse que iba a hacer algún arreglo, algo. Pero entró e inmediatamente ya tenía un martillazo en mi cabeza y solamente pasaba por mi mente el deseo de vivir”, indicó.
Cuando inició el ataque y las consecuencias de los impactos se hacían notorios a nivel cognitivo, Fabiana solo pensó en gritar para pedir ayuda y correr hacía otra habitación para salvaguardar la integridad de su bebé ante la angustia, pero le fue imposible llegar.
“Recibí al menos cuatro martillazos más, me tomó por detrás y me seguía dando en la cabeza. Me logré salir un poquito, abrí la habitación de mi bebé y la vi dormir. Y desde allí ya no me acuerdo de nada. En la habitación enseguida yo gritaba y pedía ayuda, pero mi bebé, gracias a Dios, no despertó. Gracias al ruido que continuó haciendo la mascota, una pastora australiana, avisaron en portería y el vigilante subió, me encontró sin signos vitales. Yo estaba en coma, pero dicen que yo abrí los ojos en ese momento y le dije, ‘mi bebé sigue adentro, bájela, por favor’. Y volví a quedar en coma. No recuerdo esto, solamente esto lo dicen. Siento que fue Dios que me dio esa fortaleza para poder pedir ayuda por mi hija”, dijo.
Después del ataque, cuenta la víctima, que José Urbano Medina Villa de manera descarada llamó a su suegra y le contó que había acabado con la vida de su hija, pensando que ese había sido el final del suceso. Posterior a ello y gracias a la fortaleza de Fabiana, pudo ser trasladada a un centro asistencial en el que le diagnosticaron muerte cerebral.
“En cuanto entra el guarda, él dice que está con la Policía Nacional afuera y este señor abre y sale corriendo. Pero inmediatamente sale corriendo, llama a mi mamá y le dice: ‘Señora, acabo de matar a su hija. Su hija está muerta en el apartamento’. Mi mamá inmediatamente llamó a un tío y fue este tío el que me encontró en el primer hospital que me enviaron, que fue el Hospital de Fontibón, en donde me declararon muerte cerebral y me enviaron al Hospital de Kennedy, en donde me dan una oportunidad de vida. Inmediatamente, mi tío firma para que me retiren todo el cabello y empiezan la cirugía que demora 12 horas, seis en rostro y seis en el cráneo, y quedo en coma, pero me salvan la vida”, afirmó en una entrevista con Noticias caracol.
Fabiana Rincón y su proceso de recuperación tras el ataque
“Yo soy Fabiana Karina Rincón Durán y en este momento me encuentro en recuperación después de estar 10 días en cuidados intensivos en el Hospital de Kennedy. Ya me encuentro en esta casa familiar y pues estoy con toda la actitud para recuperarme después de todo lo ocurrido”, celebró mientras contaba a la opinión pública el milagro de sobrevivir a 20 impactos de martillo en el cabeza.
“Primero que todo le quiero dar gracias a Dios, que es el que hace que esté hoy acá con esta segunda oportunidad de vida, porque sí estuve en coma, me declararon en el primer hospital muerte cerebral y, en el segundo, que podía quedar en coma indefinidamente hasta que llegó mi mamá, llevaba dos días en coma y fue la voz de mi mamá la que escuché. Y al escucharla abrí los ojos”, relató a Noticias caracol. “Esto fue un motivo de felicidad para el neurocirujano, el cual saltó y abrazó a mi mamá y le dijo: ‘Usted ha hecho un milagro’. Y desde ese momento volví en sí”, dijo.
Agregando además que se siente bien al avanzar en sus procesos médicos y quirúrgicos. “Fueron 20 golpes en total, tres en el rostro y 17 en el cráneo. Me hace falta una cirugía que requiere tiempo, sanación, rehabilitación oral porque también me retiró los dientes con una parte con el martillo y en la otra parte se cree que es con alicates porque el alicate estaba en la sala lleno de sangre. Entonces me retiró toda la parte de los dientes de arriba, me dejó algunas muelitas y esas muelitas se encontraron incluso con raíz. Entonces necesito esta cirugía que requiere bastantes recursos”.
“Vienen, por supuesto, varias semanas, meses, de tratamientos, de recuperación, de cirugía, de especialistas porque tienen que hacerme cirugías en toda la cabeza y cara. Necesito también muchísimo láser y tratamientos dermatológicos y estéticos. Esto también es el paso a seguir. Entonces es una recuperación que requiere muchísimos meses y también muchos recursos económicos. Es tiempo y es recursos. Por eso pido apoyo porque sé que es en poco tiempo que debo comenzar con todo esto”, afirmó de manera optimista.
Con respecto al agresor, se supo que se entregó a las autoridades de manera voluntaria y que fue judicializado por los delitos de tentativa de homicidio. Hacía Medina Villa, dice que no le guarda ningún rencor y que hoy solo piensa en su proceso de recuperación y en seguir con su vida al lado de su hija de 5 años.