El Tren de Aragua, organización criminal de origen venezolano que llegó a ser considerada como una amenaza continental, atraviesa un proceso de debilitamiento en Colombia debido a la captura de sus principales cabecillas en Bogotá y otras regiones del país.
De acuerdo con el comandante de la Policía de Bogotá, general Giovanni Cristancho, la estructura que parecía imparable en 2023 hoy enfrenta un vacío de mando que no ha logrado llenar, a pesar de las órdenes impartidas desde Venezuela y desde cárceles colombianas. Lea:Gustavo Petro exige a EE.UU. no intervenir en el proceso de paz de Colombia
El Tren de Aragua pierde fuerza en Colombia tras capturas de sus cabecillas
El rastro de la organización en Colombia se remonta a 2019, cuando comenzó a infiltrarse en bandas locales de la capital, especialmente en Kennedy. Tras conocer sus dinámicas, sus miembros iniciaron homicidios selectivos contra cabecillas locales para quedarse con sus rentas criminales, consolidando así un control que se extendió rápidamente a localidades como Chapinero, Los Mártires y Santa Fe.
Para 2023, la banda controlaba sectores enteros de Bogotá y la extorsión alcanzó niveles históricos. Sin embargo, las capturas masivas desde 2022 —más de 140 en total, 45 de ellas en lo corrido de 2025— han golpeado severamente la estructura.

Caída de sus líderes
Entre los detenidos están alias Osmer, uno de los primeros coordinadores principales en la capital; alias Ratón y su reemplazo alias Bevaco en Kennedy; alias Chacón y alias Jhonatican en Chapinero; así como alias Salomón, alias Chino San Vicente y alias Caracas, capturado en junio pasado. También han sido neutralizados los jefes de Bosa y Santa Fe.
La consecuencia directa ha sido una disminución del 19 % en las denuncias por extorsión y una reducción significativa en los homicidios asociados a la banda.
Presencia limitada
Aunque el Tren de Aragua aún mantiene células activas en Bogotá y en zonas de frontera como Cúcuta, Villa del Rosario y La Parada, sus intentos de expansión hacia Bucaramanga, Ipiales, Medellín y el Valle del Cauca han encontrado resistencia. En el Caribe colombiano no se reporta presencia.
El general Cristancho advirtió, no obstante, que la organización no está derrotada. Algunos de sus líderes, como alias Osmer y alias Santana, continúan impartiendo órdenes desde cárceles del país. Además, bandas locales se hacen pasar por integrantes del Tren de Aragua para infundir miedo y cometer delitos.
Un reto en curso
Aunque debilitada, la organización sigue representando un riesgo para la seguridad. Su líder internacional, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, continúa prófugo en Venezuela, y en Colombia el mando lo ostenta Giovanny San Vicente, quien también estaría escondido en ese país.
Las autoridades insisten en que el reto ahora es impedir que este debilitamiento sea solo una pausa antes de un nuevo intento de expansión.