La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos condenó este jueves los recientes hechos violentos ocurridos en el departamento del Putumayo, donde dos soldados resultaron gravemente heridos tras ser quemados en medio de una asonada registrada en zona rural de Villagarzón.
El organismo internacional manifestó su rechazo a la agresión contra los uniformados y a los continuos ataques que enfrenta la población civil en esa región. “Rechazamos los graves ataques a dos soldados en #Putumayo, así como los múltiples ataques graves contra la población civil perpetrados por grupos armados no estatales en esta región. ONU Derechos Humanos urge a estos grupos respetar el #DIH y los Derechos Humanos, ambas normativas son de obligatorio cumplimiento”, señaló en un comunicado público. Lea: Militares heridos tras ataque con gasolina en asonada en el sur de Colombia
La ONU insistió en que el Estado colombiano debe reforzar sus acciones de protección a las comunidades, advirtiendo que los habitantes del Putumayo están expuestos a un escenario de alto riesgo, con amenazas de homicidios, asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos, reclutamiento de menores, violaciones a la autonomía indígena y restricciones a las libertades básicas.
Así mismo, instó a que se investigue y sancione tanto a los autores materiales como a los intelectuales de los recientes ataques contra la Fuerza Pública y contra la población civil.
Gobierno condiciona continuidad de la mesa de paz
Mientras la ONU hacía este pronunciamiento, desde el Ejecutivo se conoció que la mesa de diálogo con la disidencia de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (Cneb), liderada por Walter Mendoza, podría estar en riesgo de romperse.

El grupo armado emitió un comunicado en el que lamentó los hechos registrados en la vereda Siloé, del municipio de Villagarzón, aunque no aceptó su responsabilidad y pidió que los mecanismos de verificación aclaren lo ocurrido.
Sin embargo, el Gobierno puso en duda esa versión. “Si se llegará a verificar la responsabilidad directa de comandos de la frontera, el jefe de la delegación le recomendaría al Consejero de Paz que la mesa se levante y que el presidente decida si esa mesa deba continuar o no”, afirmó Armando Novoa, jefe de la delegación gubernamental en los diálogos con la Cneb.
Novoa anticipó que en las próximas horas se realizarán reuniones internas para evaluar la respuesta de los disidentes y definir los pasos a seguir. Al respecto, cuestionó que, pese a los compromisos adquiridos en la mesa de negociación, se produzcan ataques que, según el Gobierno, habrían sido instigados por los mismos grupos que hoy hacen parte de las conversaciones.
Futuro incierto para los acuerdos en Putumayo
Por ahora, temas centrales de la negociación, como la destrucción de material bélico, la sustitución de cultivos ilícitos y el desarrollo de un nuevo ciclo de diálogos, quedaron en suspenso. Se trata de la única mesa de conversación que había logrado algunos avances dentro de la estrategia de la llamada “paz total”, que ahora enfrenta un momento crítico tras la violencia desatada en Putumayo.