La Corte Constitucional de Colombia ratificó este jueves 4 de septiembre su postura frente a las corridas de toros, cabalgatas y peleas de gallos, reiterando que estas prácticas constituyen actos de maltrato animal y, por lo tanto, atentan contra los principios constitucionales de dignidad humana y bienestar de los seres vivos.
El fallo, que se tomó de manera unánime, responde a la revisión de la Ley 2385 de 2024, mediante la cual se busca una transformación cultural en el país a través de la prohibición de espectáculos que implican violencia hacia los animales.
La decisión de la Sala Plena, con ponencia del magistrado Miguel Polo Rosero, marca un punto de inflexión en la tradición cultural de Colombia, al alinearse con una tendencia global que cuestiona la legitimidad de prácticas que generan sufrimiento a seres no humanos.

Alcance de la Ley 2385 de 2024
En su análisis, la Corte declaró exequibles los artículos 4 y 5 de la Ley 2385, que contemplan la prohibición de corridas de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas, además de los procedimientos asociados a estos espectáculos.
El alto tribunal resaltó que la normativa responde a un mandato de protección y bienestar animal, en el marco de los principios constitucionales, y que contribuye a una “transformación cultural” orientada al respeto por la vida en todas sus formas.
“Declarar exequible la Ley 2385 de 2024, por medio de la cual se aporta a una transformación cultural mediante la prohibición de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas, así como de los procedimientos utilizados en estos espectáculos que socavan la integridad de formas de vida no humana”, se expresa desde la Corte.

Un cambio en la relación humano-animal
Con este fallo, la Corte se suma a un debate global que busca replantear la relación entre humanos y animales, especialmente en lo referente a tradiciones culturales que implican sufrimiento.
De esta manera, Colombia se une a la lista de países que han decidido prohibir prácticas consideradas violentas y contrarias a los principios de bienestar animal, consolidando una postura jurídica y ética frente a la protección de seres vivos no humanos.