La elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional reconfiguró el panorama político en el Congreso de la República y dejó al presidente Gustavo Petro con una derrota que sacudió su coalición de gobierno.
El resultado, inesperado para la Casa de Nariño, no solo evidenció fracturas internas en el petrismo, sino que desencadenó la salida de varios ministros que dependían de la alianza con partidos tradicionales.
La directriz presidencial había sido clara: apoyar de manera unificada a la candidata María Patricia Balanta y frenar la llegada de Camargo, exdefensor del Pueblo, a la alta corte. Sin embargo, la votación reveló otra realidad. Balanta obtuvo únicamente 41 apoyos en el Senado, muy lejos de las proyecciones oficiales que hablaban de un empate técnico. Lea: Benedetti denuncia discriminación en la derrota de Balanta en el Senado
Las cuentas no cuadraron y en el Gobierno se habló de “traiciones” dentro de sus propias filas. Aunque Petro había advertido días antes que esta elección definiría el rumbo de las alianzas legislativas, el golpe fue mayor al esperado. La elección de Camargo desarmó la aritmética política con la que el Ejecutivo había impulsado reformas clave en el Congreso.

Los ministros que saldrán del Gobierno Petro
El efecto dominó se trasladó rápidamente al gabinete. Desde la Casa de Nariño se pidió la renuncia a los ministros que tenían vínculos con partidos políticos, un gesto que buscaba marcar distancia frente al revés parlamentario. Entre los señalados estuvieron Diana Morales, ministra de Comercio; Antonio Sanguino, ministro de Trabajo; y Julián Molina, ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
La decisión fue confirmada por W Radio, que además informó que el ministro con funciones delegatarias, Armando Benedetti, aceptaría las renuncias de manera inmediata.
El presidente ya había dejado entrever el alcance de esta votación en su cuenta de X, el pasado 1 de septiembre. Allí aseguró que la elección en la Corte Constitucional definía “todo el cuadro de alianzas en el Congreso” y advirtió que no podía ceder terreno a sectores que, en sus palabras, “han apoyado el fascismo”. Lea también: Oposición celebra elección de Camargo y oficialismo queda en crisis
Carlos Camargo defendió su elección como nuevo magistrado
Del otro lado, Carlos Camargo defendió su nombramiento con un discurso enfocado en la institucionalidad. Tras conocerse el resultado, afirmó que su compromiso es con “la democracia, la Constitución y el futuro de nuestra Nación”. También recalcó que en este proceso está en juego “la estabilidad institucional y la preservación de la separación de poderes”.


Camargo, quien reemplazará al magistrado saliente José Fernando Reyes Cuartas, rechazó las acusaciones de clientelismo que han rondado su nombre desde su paso por la Defensoría del Pueblo. Señaló que en más de veinte años de trayectoria, tanto en el sector público como en el privado, ha demostrado independencia y apego a la ley.
La llegada de Camargo supone un reacomodo en el alto tribunal en un momento decisivo para el país. Desde allí se decidirán temas sensibles para la agenda gubernamental, mientras en el Congreso el presidente Petro tendrá que rehacer sus cuentas para sostener el apoyo a sus reformas.
En el tablero político, el triunfo de Camargo no solo representa una victoria para los sectores opositores y tradicionales, sino un campanazo de alerta para el Ejecutivo.