El fallecimiento del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el 11 de agosto tras permanecer 64 días en estado crítico, continúa generando reacciones en todo el país. Su muerte, consecuencia de un atentado que lo dejó gravemente herido, marcó el inicio de varios actos conmemorativos que se desarrollaron en Bogotá durante los días posteriores.
Ese mismo 11 de agosto se llevó a cabo una velación privada en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional, con asistencia exclusiva de familiares, allegados y dirigentes políticos cercanos. El ambiente fue reservado y solemne, en un espacio donde solo se permitió el ingreso de personas del círculo más próximo al dirigente. Lea: Video conmovedor: Así despidió el pequeño Alejandro a su padre Miguel Uribe
Al día siguiente, el homenaje fue abierto al público. Decenas de ciudadanos se acercaron para despedirlo, muchos portando flores y mensajes en honor a su memoria. Durante varias horas, los asistentes aguardaron para rendirle tributo antes del traslado de su cuerpo al lugar de inhumación.
Detalles del sepelio y la lápida funeraria
El 13 de agosto se realizó el entierro en el Cementerio Central de Bogotá, lugar donde reposan los restos de varias figuras históricas del país, como Gilberto Álzate Avendaño y el exalcalde Juan Pablo Llinás.
Sobre la tumba de Miguel Uribe Turbay se instaló una placa funeraria con su nombre en letras mayúsculas. La inscripción incluye una estrella que señala su fecha de nacimiento, 28 de enero de 1986, y una cruz que marca el día de su fallecimiento, 11 de agosto de 2025.
Durante los días posteriores, representantes de diferentes corrientes políticas han manifestado públicamente sus condolencias, destacando el impacto que tuvo su trayectoria. El hecho que puso fin a su vida y su posterior deceso han dejado un vacío en el escenario político nacional, cerrando de forma abrupta la carrera de un dirigente que aún contaba con proyección en la vida pública.