El precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay falleció este lunes 11 de agosto tras permanecer más de dos meses internado en la Fundación Santa Fe, centro asistencial en el que lo atendieron luego de un atentado en el que recibió tres balazos, dos de ellos en la cabeza. El ataque ocurrió en Bogotá el sábado 7 de junio de 2025, mientras el bogotano se dirigía a una multitud durante un evento de campaña.
Desde entonces, el país entero se encuentra conmocionado, incluso, algunos ciudadanos han mencionado que es como si se “repitiera” uno de los casos de violencia que marcaron la historia del país en la década de los 90: el asesinato de la periodista Diana Turbay —madre de Miguel Uribe— en medio de un confuso operativo, el 25 de enero de 1991. Lea también: Lo que presintió abuela de Miguel Uribe: “Un trapito blanco en su cabeza”
Todo sucedió luego de que Diana Turbay cayera en una trampa, que le puso el narcotraficante Pablo Escobar —como parte de un plan de los llamados extraditables— para retenerla y usarla para presionar al entonces presidente, Cesar Gaviria, de tumbar el tratado de extradición que se concretaba con Estados Unidos.
El crimen de Uribe Turbay revive la memoria de la violencia política de los años 80 y 90 en Colombia. Ambos ataques a estos personajes recuerdan un pasado marcado por magnicidios y la violencia política en el país, como las muertes de Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro o Bernardo Jaramillo, todos asesinados en campaña presidencial.
El parecido que hay entre el crimen de Miguel Uribe y Diana Turbay
Madre e hijo tenían casi la misma edad cuando murieron
Diana turbay y Miguel Uribe tenían la misma edad cuando ocurrieron los ataques. Desde entonces, su hijo Miguel la recordaba con amor y admiración, tal y como lo escribió en sus redes sociales el año pasado, cuando se cumplieron más de tres décadas de su partida física.
“Hace 33 años perdí a mi mamá, Diana Turbay y hoy a pesar del tiempo que ha pasado, mi mamá ha sido mi motivación y ejemplo para trabajar por nuestro país. Me enseñó que los principios no se negocian y el valor de la integridad. Como periodista fue fiel a la verdad y creyente de la posibilidad de acabar la violencia en Colombia. Sentirla a mi lado me da fortaleza”, señaló Uribe en 2024.
El atentado que sufrió Miguel Uribe el pasado 7 de junio de 2025, se dio a los 39 años, y 40 años tenía su madre cuando fue víctima del atentado en 1991.

Una muerte trás otra
En medio del dolor familiar, su hermana María Carolina Hoyos compartió un episodio: una frase pronunciada por su abuela, Nydia Quintero de Turbay, quien también falleció este año, el pasado 30 de junio en la Fundación Santa Fe de Bogotá, misma clínica donde Uribe se debatía entre la vida y la muerte.
La mujer de 93 años, minutos antes de que se conociera el atentado de su nieto “pidió que le pusieran un trapito blanco en la cabeza a Miguel”, relató la hermana de Uribe en entrevista con Blu Radio.

Miguel Uribe dejó a un hijo pequeño, Alejandro, de 4 años. Hoy queda huérfano, tal como le ocurrió a Uribe en 1991.
Ambos murieros tras un ataque de bala
Diana Turbay recibió un disparo mientras se llevaba a cabo su rescate tras permanecer secuestrada durante seis meses. El precandidato también sufrió un ataque a bala, en medio de un discurso público, en Fotibón, del que resultó gravemente herido, dos disparos en la cabeza y uno en una pierna.
Sus muertes tuvieron un gran impacto mediático
La muerte de la prestigiosa periodista marcó un precedente e impulsó a los colombianos a pedir un alto al narcotráfico y generó un duelo nacional. El atentado contra Miguel Uribe ha generado indignación a nivel nacional y protestas, como la “Marcha del Silencio”.
Fueron víctimas de la violencia
Diana Turbay era una prestigiosa periodista, mediadora y fue una víctima colateral de la violencia narco‑paramilitar del país, apoyada por líderes de la época. Miguel Uribe, su hijo, quien se postulaba como precandidato a la presidencia de Colombia, construyó una carrera política que, desde sus inicios, estuvo marcada por su historia de violencia familiar y política.
La coincidencia en la edad y las circunstancias reabre el debate sobre la violencia que atraviesa generaciones en Colombia.