El pasado jueves 26 de junio, la calificadora internacional Moody’s redujo la nota crediticia de Colombia. En la noche de este mismo día se conoció que la agencia internacional S&P Global Ratings redujo la calificación de la deuda soberana de largo plazo de Colombia en moneda extranjera, pasando de BB+ a BB, y mantuvo una perspectiva negativa.
Ambas decisiones agravarían el panorama financiero del país, que recientemente también recibió una rebaja por parte de Moody’s, y refuerza las señales de alerta sobre su sostenibilidad fiscal.
Según el análisis de S&P, cuatro factores clave explican la decisión: el creciente déficit fiscal, el aumento sostenido de la deuda pública, el peso creciente del servicio de esa deuda sobre el presupuesto nacional, y la falta de una regla fiscal efectiva en los últimos tres años.
“El desequilibrio fiscal se amplió a 6,1% del PIB en 2024 y se proyecta que alcance 7,1% en 2025”, señala el informe de la calificadora. Además, S&P advierte que la deuda neta del Gobierno podría superar el 64% del PIB entre 2025 y 2028, mientras que el pago de intereses llegaría hasta un 5% del PIB en 2026.
Una calificación BB no implica que Colombia no pueda cumplir sus compromisos financieros, pero sí indica un mayor nivel de riesgo para los inversionistas, lo que elevará el costo del financiamiento externo tanto para el Gobierno como para el sector privado.
Esto podría derivar en una reducción de la inversión extranjera, menor acceso a los mercados de capital y una mayor volatilidad en los mercados financieros locales. Además, los Títulos de Tesorería (TES) en moneda local también fueron rebajados, quedando en BBB-, lo que aumenta el riesgo de que pierdan el grado de inversión si Fitch sigue el mismo camino.
José Ignacio López, presidente del centro de estudios económicos Anif, señaló que aunque la reducción era esperada, la perspectiva negativa fue sorpresiva. “Esto podría generar salidas de capital por parte de fondos extranjeros”, advirtió.
Por su parte, Andrés Pardo, exviceministro de Hacienda, resaltó el riesgo de que los TES colombianos sean excluidos de índices de deuda global con grado de inversión, lo que podría generar ventas forzadas y presión al alza sobre las tasas de interés locales.
El mensaje del Gobierno tras la rebaja de calificación
Tras el anuncio de S&P, el Ministerio de Hacienda reconoció la gravedad de la situación, pero destacó que los fundamentos macroeconómicos de Colombia siguen siendo sólidos. En un comunicado, la cartera económica resaltó el papel del Banco de la República, el esquema de inflación objetivo y la flotación cambiaria como anclas de estabilidad.
El ministro Germán Ávila aseguró que el Gobierno continuará trabajando en la consolidación y estabilización fiscal, enfocándose en enfrentar los retos de 2025 y 2026. Por su parte, Javier Cuéllar, director de Crédito Público, afirmó que el compromiso oficial es mantener la sostenibilidad fiscal y preservar a Colombia como un destino atractivo para la inversión.
¿Qué significa estar en BB con perspectiva negativa?
Con esta rebaja, Colombia queda en la segunda peor categoría dentro de la escala de S&P. Solo un escalón más abajo (serie B) separaría al país de los niveles considerados como altamente especulativos y con acceso muy limitado a los mercados internacionales.
La perspectiva negativa indica que en los próximos 12 a 18 meses existe un riesgo real de que la calificación vuelva a bajar si no se implementan medidas fiscales estructurales que estabilicen la deuda y el déficit.
La decisión de S&P representa un llamado de atención al Gobierno colombiano sobre la necesidad urgente de ajustes fiscales para evitar mayores impactos sobre la confianza de los inversionistas y la estabilidad económica del país.