Colombia expresó su inconformidad con el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en el que se advierte un preocupante incremento en la producción mundial de cocaína, con Colombia como uno de los principales responsables del aumento.
El reporte, publicado este miércoles, reveló que la producción global de cocaína alcanzó un nuevo récord en 2023, con 3.708 toneladas métricas, lo que representa un crecimiento del 34 % frente al año anterior, cuando se registraron 2.757 toneladas. Según el documento, buena parte de este incremento se atribuye a Colombia, donde la producción del alcaloide aumentó en un 50 %.
La respuesta oficial la dio la embajadora itinerante para la política global de drogas y representante permanente de Colombia ante la ONU en Viena, Laura Gil, quien rechazó de manera contundente el informe. Lea: Colombia, epicentro de la cocaína mundial, según informe de la ONU
“No aceptaré jamás que seamos los malos. Ni con la guerra contra las drogas, ni con el nuevo enfoque. Colombia siempre intentó cumplir sus obligaciones. Los malos están en todos lados; los buenos, también”, manifestó la diplomática.
Mientras tanto, el presidente Gustavo Petro y la canciller Laura Sarabia no se han pronunciado públicamente sobre el contenido del informe ni sobre las cifras que este revela.
ONU señala aumento de cultivos de coca en Colombia
El documento de la UNODC también señala que la expansión de los cultivos de coca en Colombia es uno de los factores detrás del crecimiento en la producción de droga. En 2023, el país cerró con 253.000 hectáreas sembradas, frente a las 230.000 reportadas en 2022. Las zonas más afectadas siguen siendo los departamentos de Cauca y Nariño, regiones históricamente golpeadas por el conflicto armado y la presencia de grupos ilegales.
El informe también destaca que, a diferencia de Colombia, Bolivia mantuvo estable su producción y Perú registró una disminución, lo que acentúa el papel de Colombia en el aumento global del narcotráfico.
Según los datos de la ONU, los grupos criminales han perfeccionado sus métodos de procesamiento, logrando una mayor eficiencia en la transformación de la hoja de coca en cocaína, lo cual explica en parte el notable salto en la cantidad producida.