La educación privada en Colombia atraviesa un panorama complejo, marcado por desafíos económicos que amenazan la sostenibilidad de los centros educativos. Así lo revela un estudio elaborado por Mattilda, plataforma especializada en la gestión financiera de instituciones escolares en América Latina, el cual analiza el contexto actual de más de 1.000 colegios de México, Colombia y Ecuador.
En el caso colombiano, el estudio tomó en cuenta a 324 colegios, desde el nivel preescolar hasta el universitario, con una muestra significativa en ciudades como Bogotá (34%), Barranquilla (10%), Cartagena (6%), Bucaramanga (5%), Valledupar (5%) y Santa Marta (4%). Lea: Colegios privados de bajo costo del Caribe culminan Programa EduQuality
Uno de los hallazgos más contundentes del informe es que el 48% de las instituciones educativas consideran que el mayor obstáculo que enfrentan es la cobranza. Le siguen en importancia la retención de estudiantes (27%), la competencia del mercado (14%) y la contratación y capacitación de personal (10%).
Esta dificultad en el recaudo ha llevado a que el 98% de los colegios operen por debajo de su capacidad instalada, lo que limita su crecimiento y pone en riesgo la calidad del servicio educativo. Incluso, uno de cada cinco colegios no alcanza siquiera el 50% de su ocupación, lo que representa una baja considerable en ingresos y una presión sostenida sobre los costos fijos.
Demografía y economía: factores que agravan la situación
El estudio también atribuye parte de la crisis a fenómenos demográficos y económicos. Señala que la disminución de nacimientos ha sido una constante desde 1997, año en el que se registraron 721.000 nacimientos en Colombia. Para 2023, esa cifra se redujo a 510.000. Entre 2012 y 2023, el número de nacimientos en el país cayó un 24,5%, lo que ha derivado en una disminución del 11,9% en las matrículas escolares.
A este contexto se suma una creciente dificultad económica de las familias. Según el estudio, “el 53% de los colegios señalan que sus estudiantes se retiran por falta de capacidad de pago”. Esta situación limita aún más la sostenibilidad del sector educativo privado, que se ve forzado a operar con ingresos insuficientes.
En términos de crecimiento, solo el 24% de las instituciones reportaron un aumento significativo en su número de alumnos, mientras que en ciudades pequeñas esta cifra desciende al 13%. El resto de los colegios afirman que su matrícula se mantuvo estable o disminuyó.
Ante este escenario, Mattilda recomienda a los colegios replantear sus modelos operativos. Entre las sugerencias están la adopción de líneas de crédito para inversión en mercadeo, la automatización de procesos financieros y un rediseño de los mecanismos de cobranza.