La escena se repite cada vez con más frecuencia: un niño de siete años con un celular en la mano, desplazándose por aplicaciones como si hubiera nacido con el dispositivo.

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El UniversalEn medio de una sociedad altamente digitalizada, los padres se enfrentan a una pregunta inevitable: ¿cuál es el momento adecuado para que un niño tenga su primer celular?
No existe una respuesta única ni una edad establecida por norma. La decisión debe estar determinada por factores como la madurez del menor, su entorno familiar y escolar, así como el propósito del uso. Lea: ¿Sirve prohibir el celular en los colegios? Así impacta en el rendimiento y la convivencia escolar
Para algunos padres, el celular representa una herramienta de comunicación útil; para otros, una puerta prematura a riesgos que aún no saben manejar.
Tecnología y niñez: una combinación que requiere orientación
Organizaciones como la Academia Americana de Pediatría han emitido lineamientos frente al uso de pantallas en menores. En niños menores de dos años, recomiendan evitar su exposición; entre los 6 y 12 años, aconsejan que haya supervisión activa, límites de tiempo y un propósito claro para cada uso. El enfoque no debe estar solo en poseer el dispositivo, sino en cómo se utiliza, por cuánto tiempo y con qué intención.
Frente a esta realidad, compañías tecnológicas han comenzado a incluir funciones diseñadas para acompañar este proceso. “Dispositivos como el Honor 400 Lite incluyen herramientas como Bienestar Digital, que permite no solo monitorear el tiempo frente a la pantalla, sino también establecer límites de uso por aplicación, activar horarios de descanso y generar reportes detallados de actividad diaria y semanal. Estas funciones ayudan a los adultos a acompañar activamente el uso que los niños hacen del celular y fomentar desde temprano una relación más equilibrada con la tecnología”, explicó Kenet Segura, PR Manager de Honor en Colombia.
De acuerdo con datos de UNICEF, en América Latina y el Caribe más del 60% de los menores entre 9 y 17 años ya accede a internet a través de teléfonos móviles. Esta cifra refuerza la necesidad de que los padres y cuidadores no posterguen la conversación sobre el uso responsable de la tecnología.
En términos de salud visual, los dispositivos también han comenzado a ofrecer herramientas para reducir el impacto negativo de las pantallas. Los smartphones de la marca Honor, por ejemplo, integran funciones como el Modo Luz Tenue, la reducción de Luz Azul, el Modo E-book y el Modo Oscuro, que protegen la vista y mejoran la experiencia de lectura, sobre todo en horarios nocturnos.
Entregar un celular a un menor no debe ser una acción impulsiva. Los expertos sugieren que sea un proceso gradual, que puede empezar con dispositivos de funciones limitadas, horarios de uso bien definidos y herramientas de control parental activadas.
Sin embargo, el acompañamiento emocional y educativo es igual de importante. Hablar con los niños sobre la privacidad, los riesgos en redes sociales y el valor del celular como herramienta y no como escape emocional, es parte de la preparación que deben recibir. Como lo señalan los expertos, la educación digital no es una charla puntual, sino un proceso continuo.
El foco no debe estar solamente en decidir cuándo dar el primer teléfono, sino en cómo se orienta a los menores en su uso. La tecnología no tiene por qué ser una amenaza, siempre que esté mediada por el diálogo, la supervisión y el propósito.