El Juzgado 24 Penal de Conocimiento de Bucaramanga impuso una pena de seis años de prisión al reconocido cirujano plástico Luis Fernando Reyes Meza, hallado culpable del delito de violencia intrafamiliar agravada en contra de su exesposa, Adriana Vargas Uribe.
La sentencia, de 53 páginas, da cuenta de años de maltrato físico, psicológico, económico, verbal y sexual que, según la Fiscalía, sufrió la víctima durante al menos un lustro.
A lo largo del proceso judicial, el ente acusador presentó abundantes pruebas y testimonios que permitieron establecer un patrón sistemático de agresiones por parte del hoy condenado. Lea: Condenan a reconocido actor de ‘Las mil y una noches’: esta fue la razón
Entre las decisiones adoptadas por el despacho judicial también se encuentra la prohibición expresa para que Reyes Meza se comunique o acerque a su víctima. Además, dada la gravedad de los hechos y el riesgo de repetición, el juzgado negó la solicitud de prisión domiciliaria y la suspensión condicional de la pena.
“Comunicar la sentencia a las autoridades mencionadas en el artículo 166 del Código de Procedimiento Penal y al Sistema de Información Operativo de la Policía Nacional para que se profiera captura del condenado una vez quede en firme la decisión”, se lee en el fallo.
“Control, manipulación y cosificación hacia la víctima”
Durante el juicio, la Fiscalía presentó un caso sólido sustentado con peritajes psicológicos, testimonios de familiares, declaraciones de la propia víctima e incluso de la hija menor de edad, quien presenció al menos uno de los episodios de violencia. Uno de estos casos ocurrió el 15 de octubre de 2015, cuando la mujer fue agredida en presencia de la niña.
También declararon la madre y el hijo de Adriana Vargas, quienes dieron cuenta del trato violento al que era sometida. Según los peritajes, la víctima sufrió secuelas emocionales profundas. Para el ente investigador, los hechos no pueden entenderse como incidentes aislados, sino como un “contexto sostenido de violencia de género que debe ser analizado bajo dicha perspectiva”.
En el fallo, la jueza Leydi Hernández Morales incluyó afirmaciones contundentes sobre el trato de Reyes Meza hacia su exesposa: “Se refería a la víctima como una ‘puta, zorra, perra’, le hizo cambiar su apariencia y le decía que debía estar en la casa: este hecho demuestra que el acusado percibe a la víctima como un ser inferior a él, que no merece respeto, a quien puede denigrar, pues la considera inferior, no solo física, sino intelectualmente”.
Para la togada, el acusado era consciente de que su comportamiento era ilegal, pero aún así persistió en las agresiones, ejerciendo un control continuo sobre la vida de su pareja. “Estos aspectos se constituyen en indicios, que valorados en aplicación de la perspectiva de género, permiten demostrar que el maltrato se realizó en un contexto de violencia de género, de violencia contra la mujer, corroborado por los antecedentes de maltrato, verificándose, también, que hubo una posición de superioridad, control, manipulación y cosificación hacia la víctima”, concluye la sentencia.