Después de permanecer durante 15 días en los alrededores de la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, campesinos provenientes de la Amazonía, la Orinoquía y el sur del país acordaron con el Gobierno Nacional poner fin a la protesta que mantenían en el lugar.
El compromiso alcanzado este lunes contempla su retorno a los territorios con garantías de seguridad y el inicio de un diálogo con las autoridades nacionales.
La Alcaldía de Bogotá y el Ministerio del Interior confirmaron el levantamiento de la movilización, en la que cientos de campesinos permanecieron en condiciones climáticas adversas para exigir atención a problemáticas estructurales en sus regiones. Lea: Campesinos de Bolívar participarán en cabildo popular de Petro
“Celebramos no solo un acuerdo, sino una victoria del diálogo social. Agradecemos al Gobierno Nacional por su voluntad política, y a todas las entidades del Distrito que hicieron posible una respuesta coordinada y solidaria”, expresó el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero.
Se mantendrá comisión en Bogotá para verificar compromisos
Entre los puntos acordados está la permanencia de una comisión campesina en Bogotá, que trabajará junto al Ministerio del Interior para hacer seguimiento a los compromisos adquiridos.
Esta instancia buscará la articulación con otras carteras para gestionar temas como el acceso a servicios básicos, la protección ambiental, el respeto a los derechos étnicos y el fortalecimiento de canales de comunicación entre el Estado y las comunidades.
“Es fundamental que sigan avanzando los diálogos con el Gobierno Nacional, porque esta vía de hecho ya llevaba bastante tiempo y estaba causando serias afectaciones. La ciudad capital ha hecho su parte. Es momento de que la Nación escuche, actúe y dialogue”, señaló Quintero.
Durante los días de permanencia, las autoridades distritales ofrecieron apoyo logístico y humanitario a los manifestantes, quienes, pese a las lluvias persistentes, mantuvieron una postura de diálogo.
Esta protesta se suma al contexto de movilización de comunidades indígenas, especialmente del pueblo embera, asentadas en el Parque Nacional desde hace meses a la espera del cumplimiento de acuerdos pactados con el Gobierno para su retorno digno.
Con la salida de los campesinos del centro de la ciudad, se espera que los compromisos pactados se conviertan en acciones concretas que den respuesta a las demandas históricas de estas comunidades rurales.