Con lágrimas en los ojos y un llamado contundente a la lucha contra la corrupción, la ministra saliente de Justicia, Ángela María Buitrago, se despidió del cargo tras presentar su renuncia irrevocable en medio de fuertes cuestionamientos por presuntas injerencias externas que, según ella, habrían afectado su gestión desde marzo de este año.
Durante su intervención de despedida, Buitrago aseguró haber entregado a las autoridades disciplinarias y penales “cada uno de los medios probatorios” sobre los hechos que denunció. Señaló que corresponde ahora a las instituciones competentes determinar si existe mérito para abrir procesos disciplinarios o penales.
“Mi rechazo a presiones, mi rechazo a injerencias políticas, mi rechazo a todo lo que significa que haya intermediarios que beneficien a unos y privilegien a otros, todos tenemos derechos”, declaró entre lágrimas. Lea: Ministra de Justicia entregará a la Fiscalía pruebas de presunta injerencia
La jurista, que asumió la cartera de Justicia el 8 de julio de 2024, aseguró que desde el inicio de su gestión enfrentó obstáculos para ejercer sus funciones con independencia, y cuestionó las presiones para realizar cambios en cargos clave sin criterios técnicos.
Aseguró que recibió solicitudes directas para retirar a funcionarios, e incluso se le pidió firmar una resolución para remover a un director sin que ella fuera la autoridad nominadora. “Me parece que no es justo con una persona que ha trabajado decentemente y competentemente”, expresó.
En su carta de renuncia enviada al presidente Gustavo Petro, Buitrago dejó constancia de los motivos que precipitaron su salida. “No sé quiénes y con qué intereses están haciendo y/o tomando estas decisiones, pero prefiero, como se lo dije desde el principio y en la comunicación de marzo de este año, seguir siendo lo que soy, e impartiendo instrucciones como jefa de la cartera con la convicción de que van a servir a materializar la justicia”.
Críticas al Gobierno y desacuerdos con la línea oficial
Durante su breve permanencia en el gabinete, Buitrago fue una figura crítica dentro del Gobierno. Se opuso abiertamente a una eventual asamblea constituyente y expresó reparos frente a la política de paz total impulsada por el Ejecutivo. Además, lamentó los recortes presupuestales que limitaron el avance de proyectos estratégicos dentro del Ministerio.
La exministra también cuestionó la forma en que fue informada sobre su salida del cargo. Reveló que, pese a haber sido designada para una misión diplomática, fue convocada de manera urgente desde Presidencia para asistir a una alocución presidencial, situación que consideró un reflejo de la falta de claridad en su desvinculación. “Nunca hablé con el ministro Jaramillo, nunca tuve ni siquiera un mensaje”, afirmó, refiriéndose al ministro encargado.
Buitrago dejó claro que su postura frente a las decisiones del Ministerio fue siempre firme: “No estoy de acuerdo con ninguna injerencia de ninguna naturaleza para ninguna decisión pública”. También advirtió que el Estado no puede convertirse en “la bolsa de empleos de algunos”, y aunque reconoció que es válido recomendar personas capacitadas, rechazó categóricamente las imposiciones.
En su despedida, reiteró que su deber como funcionaria pública la obliga a alertar sobre cualquier hecho que comprometa la legalidad y la moralidad administrativa. “En cada uno está la esperanza de Colombia, por esa razón les digo que luchen contra la corrupción. No puede quedarse uno sentado cuando efectivamente mucha gente necesita ejemplo”, concluyó.