A partir de abril, los colombianos que utilicen tarjetas de crédito se enfrentarán a un incremento en los costos, ya que la tasa de usura, el límite máximo que los bancos pueden cobrar por intereses, subió al 25,6%. Esta cifra representa un pequeño pero significativo aumento respecto al mes de marzo, cuando se encontraba en 24,9%.
La tasa de usura tiene un impacto directo en las compras realizadas a través de crédito, especialmente cuando se eligen pagos en varias cuotas. Con este aumento, las personas que recurren a este sistema de pago podrían ver incrementados los costos de sus productos y servicios. Esta es la segunda vez en lo que va del año que se registra un alza en la tasa de usura, que había experimentado una tendencia a la baja durante los últimos 20 meses, hasta que se rompió en febrero.
Además de la tasa de usura, la Superintendencia Financiera de Colombia también ha ajustado otros valores relacionados con los créditos de consumo y productivos. El crédito productivo de mayor monto registrará una tasa de usura de 42,14%, mientras que el crédito productivo rural tendrá una tasa de 28,31%. El crédito urbano, por su parte, alcanzará una tasa de 54,54%. En cuanto al crédito popular, tanto en el ámbito rural como urbano, se prevé una tasa de 77,96% y 88,94% respectivamente. Lea: ¿Bajará la tasa de interés? Lo que puede cambiar en la economía
Es importante señalar que este ajuste en las tasas de usura se realizó antes de la decisión del Banco de la República sobre las tasas de intervención. Este organismo, por su parte, mantuvo su tasa de interés sin cambios, fijándola en 9,5%. La decisión de no realizar ajustes en la tasa de intervención fue el resultado de una votación dividida, 4 a 3, en la junta directiva del Banco Central.
La polémica en torno a la decisión fue alimentada por las críticas del presidente Gustavo Petro, quien afirmó que la decisión de mantener las tasas era de carácter “exclusivamente político”. Según Petro, la medida no estaba orientada a frenar la inflación, sino a contener el crecimiento económico. Esta postura fue respaldada por su afirmación de que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) había mostrado una ligera estabilidad, a pesar de un repunte en febrero.
En paralelo, el informe de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) sobre los créditos informales revela un panorama preocupante. La tasa de interés real que enfrentan los colombianos que recurren a créditos ilegales, como el ‘gota a gota’, asciende en promedio a 382%. Esta cifra refleja la falta de acceso de gran parte de la población a la banca formal, que solo beneficia al 35% de los colombianos.
Este aumento en la tasa de usura y la política monetaria del Banco de la República subraya la tensión entre los esfuerzos gubernamentales para controlar la inflación y los desafíos económicos que enfrentan los colombianos más vulnerables. Sin duda, la situación económica de los hogares podría complicarse aún más con este incremento en los costos del crédito.