La canciller de Colombia, Laura Sarabia, solicitó este lunes ante la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas la exclusión de la hoja de coca de la lista de sustancias más perjudiciales, argumentando que su prohibición ha sido contraproducente en la lucha contra el narcotráfico y el desarrollo de comunidades afectadas.
Durante su intervención en el 68º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes, que se lleva a cabo en Viena, Austria, la jefa de la diplomacia colombiana afirmó que la política global antidrogas ha demostrado ser ineficaz, pese a los esfuerzos del país y las millonarias inversiones en la erradicación de cultivos y la interdicción de drogas. Lea: “Estaba borracho”: suegra de Armando Benedetti sobre audios con Laura Sarabia
“Colombia insiste en la exclusión de la hoja de coca de la lista de sustancias más dañinas por razones científicas y prácticas. La ciencia demostrará que la hoja de coca en sí no es perjudicial para la salud, estamos convencidos de que solo podremos arrancar la mata de la mano de los narcotraficantes si usamos todo su potencial en usos industriales, como fertilizantes y bebidas”, expresó Sarabia ante la comunidad internacional.
La canciller enfatizó que la hoja de coca en su estado natural no representa riesgos para la salud y que su aprovechamiento en la industria podría debilitar el mercado ilegal. No obstante, dejó claro que el Gobierno colombiano sigue comprometido con la erradicación de cultivos ilícitos y la lucha contra el tráfico de cocaína.

En ese sentido, detalló que entre agosto de 2022 y enero de 2025, las autoridades incautaron más de 1,9 millones de kilogramos de clorhidrato de cocaína y 215 mil kilogramos de base de coca, además de la destrucción de 454 laboratorios clandestinos.
Sarabia también destacó la importancia de ofrecer alternativas económicas viables a las comunidades campesinas que dependen de estos cultivos. En su discurso, subrayó la necesidad de fortalecer iniciativas productivas como el cultivo de cacao y café en regiones especialmente afectadas por la violencia del narcotráfico, como el Catatumbo y el Cañón del Micay.
No podemos permitir que las comunidades queden atrapadas en la violencia y el abandono. Debemos llevar recursos y proyectos de transformación territorial a quienes más lo necesitan”
Laura Sarabia
Además, la ministra llamó la atención sobre la financiación internacional en la lucha contra las drogas, indicando que los recursos aportados por Colombia no han generado el impacto esperado en las comunidades más afectadas. “El dinero no está llegando a donde se necesita, en la última década Colombia ha aportado 416 millones de dólares a la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito, el 11% del total de las contribuciones extra presupuestales. Somos el segundo mayor contribuyente después de Estados Unidos. Revisaremos la totalidad de los contratos de cooperación con esta oficina”, advirtió.
Finalmente, la canciller instó a la comunidad internacional a replantear el actual modelo de lucha contra las drogas y adoptar un enfoque basado en evidencia científica y el respeto por la vida. “Reformar el régimen global de drogas no significa normalizar el narcotráfico, sino dotarnos de herramientas más eficaces para combatirlo. No podemos seguir repitiendo los errores del pasado. Para Colombia, reenfocar esta política es una cuestión de vida y paz”, concluyó Sarabia.
El encuentro estuvo presidido por el presidente de la Comisión de Estupefacientes, Shambhu Kumaran; la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Ghada Waly; y el presidente de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, Jallal Toufiq.