Hace pocos días y en medio de su compleja situación de salud, el papa Francisco aprobó el decreto para la canonización del beato José Gregorio Hernández Cisneros, lo que lo convertirá en el primer santo de Venezuela.
El llamado ‘Médico de los pobres’ nació en 1864 y murió en 1919, en Caracas. Dedicó su vida a la ciencia y la fe. Su beatificación tuvo lugar el 30 de abril de 2021 en una ceremonia con aforo limitado debido a la pandemia.
La beatificación de José Gregorio Hernández fue posible tras el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión: la curación de Yaxury Solórzano Ortega, una niña venezolana que recibió un disparo en la cabeza durante un asalto en marzo de 2017, cuando tenía 10 años.
Los médicos habían desahuciado a la pequeña, pero su madre rezó a José Gregorio pidiendo su recuperación. Contra todo pronóstico, Yaxury sobrevivió sin secuelas, un caso que fue analizado y aprobado por el Vaticano como milagro. Lea: José Gregorio Hernández será el primer santo venezolano: ¿Quién era?
Aunque el médico tuvo una historia de vida ejemplar, su imagen y dotes santos han sido cuestionados muchas veces porque su oración y veneración ha sido utilizada para rituales espiritistas, incluso, lo han vinculado con el ocultismo; sin embargo, el doctor está ahora a un paso de ser santo.
Colombia adoptó, hace más de cuatro décadas, esa veneración y en diferentes ciudades instalaron consultorios de creyentes que afirmaban querer ayudar a más personas, sobre todo en temas de salud. Aseguraban ser trabajadores gregorianos, incluso, tienen ahora una organización internacional con miles de creyentes en todo el planeta.
¿Cómo es un consultorio del doctor José Gregorio Hernández?
La devoción por el beato venezolano es popular, sobre todo porque hay cientos de personas en el mundo que afirman haber recibido un milagro o una visita del médico de los pobres.
Quienes han asistido a dichos consultorios afirman que se trata de un lugar con imágenes del médico, velas blancas, algodones, botellas alcohol antiséptico y amables personas que atienen vestidos con batas clínicas y una sonrisa en el rostro.
Es similar a un consultorio médico tradicional. Hay personas esperando en una blanca sala con muebles, uno o varios recepcionistas y una habitación donde el doctor tiene contacto espiritual con sus pacientes.
“Uno entra a la habitación, pero previo hay que hacer unas oraciones. Siempre nos dicen que debemos hacer la novena de José Gregorio Hernández, rezar un Padre Nuestro y un Ave María para estar con el alma en calma”, contó un devoto del beato.
“Cuando entramos a la habitación, a veces apagan las luces y todo queda en silencio. También hay una persona guiándonos, preguntando qué problema de salud tenemos o por qué estamos en el consultorio. Luego nos dice qué podemos tener o simplemente nos dice qué debemos hacer, casi siempre son novenas y oraciones, aunque también piden que hagamos obras de caridad con los más necesitados o hacer un altar y poner un vaso de agua, todo depende de lo que tengamos”, relató.
En la habitación hay una camilla donde suben a la persona y le oran y ungen con un aceite especial. Cuando se trata de cirugías espirituales, los trabajadores gregorianos acuestan a la persona por un rato, luego de oraciones y alabanza, quienes han asistido afirman que el beato venezolano llega al lugar porque escuchan el movimiento de la botella de alcohol, jeringas y otros utensilios que están en el lugar. El paciente afirma tener una sensación extraña.
“A veces, tras una cirugía, tenemos malestares estomacales, dolores de cabeza o molestias físicas, pero es debido al procedimiento hecho y que está a nivel interno, ya que afuera no se ve nada. Lo más extraño es que aparecemos con algodones que nadie nos puso y estos tienen manchas de sangre”, añadió el creyente.
Ya en casa, muchos creyentes han contado que cuando duermen sienten la presencia de una persona en la habitación, incluso, la escuchan cerca de ellos y hasta sienten el roce de su mano en aquella parte donde tienen la enfermedad. “Los trabajadores de José Gregorio Hernández nos dicen que eso pasará y nos piden que no tengamos miedo porque es el médico haciendo su trabajo de curación”, finalizó el creyente.
Muchos consultorios venden aceites, algodones, estatuas, cuadros, novenas, vasos y hasta pomadas que, según ellos, tienen la bendición del próximo santo.