La Pastelería Santa Elena, una de las más queridas por los colombianos, se declaró en crisis financiera este viernes 14 de febrero, a causa de una caída en sus ventas durante los últimos años y al incremento en los costos de producción.
Debido a esto, la compañía se pronunció en sus redes sociales y anunció que ha tomado la difícil decisión de acogerse a un proceso de reorganización empresarial para proteger su continuidad y garantizar el empleo de sus trabajadores.
La Pastelería Santa Elena fue fundada en 1952 por una chef, llamada Elena Arango de Mejía, con formación en reconocidas escuelas de cocina de Nueva York y París.
La primera tienda abrió en Medellín, en la calle Bolivia con Barbacoas, en 1957, allí ganó gran reconocimiento gracias al delicioso sabor y la calidad de sus productos. Más tarde, en 2005, abrió su primera sede en Bogotá, continuando con su crecimiento.
Ahora, esta pastelería ha logrado expandirse a diferentes ciudades del país y logró iniciar un modelo de franquicias en Medellín y Bogotá.
Famosa pastelería entrará a un proceso de reorganización empresarial
A pesar de la crisis financiera que enfrenta la Pastelería Santa Elena, seguirá funcionando gracias al proceso de reorganización empresarial al que se acogió, bajo los términos de la Ley 116 de 2006, según informó la Superintendencia de Sociedades mediante el Auto 2025-02-002435 del 13 de febrero de 2025.
“Debemos resaltar que el Salvamento Empresarial es de interés nacional, y por eso la Superintendencia ha venido promoviendo la reactivación económica en las regiones, con el fin de proteger e impulsar las economías locales. En este caso, Santa Elena es un ejemplo de la protección del empleo local que puede lograrse con nuestros servicios, por lo que nos encontramos atentos en todas nuestras Intendencias Regionales, para brindar de manera oportuna el acompañamiento que necesiten los empresarios”, señaló Billy Escobar, superintendente de Sociedades.
Esta empresa tiene más de 70 años de trayectoria en el sector de panadería y pastelería, lo que la ha convertido en una de las empresas más tradicionales del país y un referente en cuanto a la comercialización de productos horneados.
Santa Elena busca mantenerse a flote, pues son 119 empleados los que dependen de ella, de los cuales 69 son mujeres.
De acuerdo por el comunicado de la empresa, uno de los factores que afectó sus finanzas fue la pandemia del Covid-19, así como el endeudamiento debido a las inversiones que realizaron para recuperar su estabilidad económica.
A pesar de los esfuerzos, en 2023 y 2024 las ventas decayeron, situación que se agravó con la vigencia del impuesto a los ultraprocesados, esto provocó que los costos de producción aumentaran.