La relación entre el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, que en 2022 parecía sólida, ha sufrido un importante desgaste en los últimos meses. Aquella alianza que se celebró como un compromiso con las comunidades más vulnerables del país se encuentra al borde del colapso, y los motivos de este distanciamiento han quedado a la vista en los últimos días.
El gobierno de Petro enfrenta una de las semanas más difíciles desde su llegada al poder. Una de las decisiones que marcó la jornada fue la transmisión del consejo de ministros, que, lejos de ofrecer claridad, desveló las tensiones internas dentro del gabinete presidencial.
Entre los mayores conflictos destaca el distanciamiento con la vicepresidenta, quien ha manifestado públicamente su descontento por el trato que ha recibido, especialmente de Laura Sarabia, quien hasta hace poco ocupaba el cargo de directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), y la llegada de Armando Benedetti como jefe de Gabinete. Lea: Francia Márquez arremete contra Laura Sarabia en Consejo de Ministros
En un momento crucial, cuando Francia Márquez tuvo la palabra en una sesión del consejo, aprovechó para expresar su malestar por lo que considera un trato “irrespetuoso”. A partir de ese momento, la brecha entre ella y el presidente Petro se ha hecho más evidente, un hecho que, según el profesor de política Enrique Serrano, no es nuevo.

“Desde el inicio se veía que Francia Márquez tenía una visión del cambio distinta a la del mandatario”, aseguró Serrano, quien también destacó que la vicepresidenta, por su inexperiencia, no estaba preparada para asumir un rol de tanta responsabilidad, como el que tiene en el Ministerio de la Igualdad.
La percepción de un gobierno dividido ha ido ganando terreno, y los expertos apuntan que las diferencias entre Petro y Márquez no solo afectan la relación entre ambos, sino también el desempeño del gobierno. “La labor del vicepresidente es nula y se ve en lo que ha pasado estos tres años”, afirmó Serrano, quien agregó que las tensiones han generado un “diálogo de sordos” dentro del gobierno.
A pesar de las tensiones y la creciente incomodidad, analistas políticos como Carlos Andrés Arias consideran que no sería probable que Francia Márquez renunciara a su cargo, tanto como vicepresidenta como ministra. Según Arias, todo dependerá de cómo maneje su postura política en los próximos meses. “Si ella sigue la línea de los pronunciamientos que mantuvo en el Consejo de ministros, sería posible que ella recuperara algo de la favorabilidad y buena reputación con la que inició este Gobierno”, destacó el analista.
Sin embargo, el futuro de Márquez dentro del gobierno podría verse afectado por la crítica imagen que ha generado la creación del Ministerio de la Igualdad y la falta de resultados concretos en su área de responsabilidad. A pesar de que la vicepresidenta goza de cierto apoyo, especialmente entre las comunidades afrocolombianas y otros sectores vulnerables, el desgaste de esta relación podría traer consecuencias serias para las aspiraciones electorales de Petro en 2026.
Según Enrique Serrano, el distanciamiento entre Petro y Márquez podría hacer más visible la división interna en el “Pacto Histórico” y disminuir el apoyo del movimiento negro, una de las bases más fuertes del presidente.