El consejo de ministros de este martes 4 de febrero tuvo más ecos de lo que pudo prever el presidente Gustavo Petro al decidir transmitirlo en vivo al país. En diferentes plataformas, los colombianos pudieron ver una lluvia de dardos entre miembros del gabinete, que dejan en evidencia una crisis interior.
En el centro de las discordias estuvieron Armando Benedetti, recién nombrado jefe de Gabinete, y Laura Sarabia, canciller. Ambos recibieron duros cuestionamientos de ministros y de la vicepresidenta Francia Márquez, que criticó los nombramientos del presidente.
“No comparto, presidente, su decisión. La respeto porque usted es el jefe de Estado, pero no comparto su decisión de traer a este Gobierno a estas personas, que sabemos tienen gran parte de responsabilidad con lo que aquí está pasando”, dijo la vicepresidenta.
En sus intervenciones, Gustavo Petro defendió a los dos funcionarios, protagonistas de varios de los escándalos que han sacudido al Gobierno, como los audios de Benedetti a Sarabia o los casos con la niñera Marelbys Meza (Laura Sarabia) y de violencia intrafamiliar (Armando Benedetti).
Incluso, Petro llegó a comparar a Benedetti con Jaime Bateman, primer comandante del desaparecido grupo guerrillero M-19, considerado un héroe revolucionario en algunos sectores políticos.
Ese conflicto por la presencia de Sarabia y, sobre todo, de Benedetti, dejó como ecos las renuncias irrevocables este miércoles del ministro de Cultura, Juan David Correa, y del director del Dapre, Jorge Rojas, uno de los hombres de confianza de Petro en el gabinete.
Además, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, dijo que su continuidad en el cargo dependerá de la permanencia de Benedetti en el Gobierno, algo que, sostuvo, definirá en una reunión con Petro. También el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, dijo que puso su cargo a disposición del presidente.
Augusto Rodríguez reacciona a comparación de Benedetti con Jaime Bateman
En una de sus defensas a Armando Benedetti, el presidente Gustavo Petro comparó a su jefe de Gabinete con el desaparecido líder guerrillero del M-19 Jaime Bateman.
El mandatario argumentó que ambos tenían una dosis de locura y de la magia del Caribe. También destacó que Benedetti lo defendió en varias ocasiones en el pasado y aseguró que, como presidente, es alguien al que le gusta dar segundas oportunidades.
“Cuando yo hice los debates del paramilitarismo en el Senado, el Polo no se paraba a defenderme y el primer congresista que lo hizo fue Benedetti. Y lo vi, como uribista, votando contra la eutanasia. Y fue el primero en apoyarme en el Congreso, en la comisión primera. Cada ser humano tiene algo que vale”, dijo Petro.
“Tiene un toque de Jaime Bateman que es la magia. Benedetti tiene magia, no es lo mismo un cachaco haciendo política que un costeño haciendo política. Y aunque hay cosas malas, la perfección no existe, existe la segunda oportunidad”, añadió.
Tras estas palabras, el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez, pidió la palabra y rechazó la comparación entre el primer comandante del M-19 y el cuestionado Armando Benedetti.
Rodríguez, al igual que Petro, incursionó en el grupo guerrillero antes de dar el paso a la política luego de la desmovilización armada de 1991.
“No acepto que se compare al señor Benedetti con Jaime Bateman: el hombre Caribe, el hombre limpio, el hombre transparente, el hombre alegre que nos enseñó a luchar con alegría. La revolución es una rumba y el sancocho nacional. Nos habló de la coherencia y yo estoy pidiendo en este momento: coherencia”, apuntó Augusto Rodríguez, que recordó las polémicas en las que ha metido el actual jefe de Gabinete a este Gobierno.
“Después de una ‘semiconfesión’ del señor Benedetti, que realizó ante medios en estado de excitación, sobre situaciones que no sabemos si realmente ocurrieron o no, pero que muestran el temperamento y la clase de persona que es. Pienso que este espacio no es para el señor Benedetti”, comentó.
¿Quién fue Jaime Bateman?
Considerado una figura ejemplar y heroica por algunos sectores, y polémica y violenta por otros, Jaime Bateman se mantiene como un referente de la política colombiana a casi 42 años de su muerte.
Nació en Santa Marta el 23 de abril de 1940 y como revolucionario incursionó en las Farc antes de fundar el Movimiento 19 de abril (M-19) en 1970, tras el señalado fraude electoral con el que Misael Pastrana superó a Gustavo Rojas Pinilla.
Su origen caribeño y sus ideas en pro de los más pobres marcaron sus actuaciones como comandante del grupo guerrillero, que se distinguía por actos simbólicos como el robo de la espada de Bolívar o los robos a camiones de leche para repartir a los pobres.
El activista ambiental cartagenero Rafael Vergara, fallecido en 2022 y quien militó en el M-19, lo recordaba como alguien que buscaba la paz.
“Era un guerrillero del tamaño de una puerta, narigón y con afro. Siempre guerrero por la paz y la democracia, y fiel creyente del diálogo entre contrarios”.
Incluso el premio Nobel Gabriel García Márquez reseñó su carácter particular, que algunos llegaron a asociar con un personaje macondiano del escritor de Aracataca.
Gabo describió a Bateman como un “Caribe típico” que no parecía ser un guerrero sino “un iluminado que estaba dispuesto a apelar a cualquier medio -inclusive la guerra- para lograr un diálogo unificador”, reseña Gustavo Tatis en una crónica en la que revela el acercamiento que llegó a tener García Márquez con el líder guerrillero.
Bateman pasó sus últimos años intentando lograr un acuerdo de paz con el Gobierno de Belisario Betancur, algo que no consiguió porque la muerte se interpuso en su camino.
Fue en esos intentos en los que el samario viajó en una avioneta a Panamá para reunirse, aparentemente, con un emisario del entonces presidente de Colombia para hablar de un posible acuerdo que llevara al grupo a dejar las armas.

Pero Bateman nunca llegó a su destino porque la avioneta en la que viajaba se estrelló en la cruda selva del Darién, entre Colombia y Panamá, el 28 de abril de 1983. La noticia de su muerte, que tardó en confirmarse en el país y dio paso a crónicas memorables, fue contada en exclusiva por Ángel Romero, jefe de redacción de El Universal en la época, quien obtuvo la información de manera inverosímil.
Bateman murió cinco días después de cumplir los 43 años. En los casi 42 años que han pasado desde entonces se convirtió en una leyenda revolucionaria que vuelve a sonar en los medios de comunicación gracias a la polémica comparación de Gustavo Petro con Armando Benedetti.