El Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, hizo un llamado este domingo a los líderes del país para que eviten usar la crisis venezolana con finos políticos, tras las recientes declaraciones del expresidente Álvaro Uribe, quien pidió una intervención militar internacional para " desalojar” a Nicolás Maduro del poder.
En sus declaraciones, Murillo subrayó que, frente al tema de Venezuela, “lo que se requiere son ‘posturas inteligentes’”, y enfatizó que estas deben proteger “el interés nacional de Colombia, sobre todo de esas poblaciones de la frontera”. El Canciller recordó que, durante los siete años en los que la frontera estuvo cerrada, Colombia dejó de percibir aproximadamente “10 billones de dólares”, sin contar con otros “indicadores” de impacto económico derivados de esta situación.
En la víspera, Uribe, junto a los precandidatos presidenciales del partido Centro Democrático, visitó la frontera colombo-venezolana. Durante su visita, el expresidente insistió en la necesidad de una intervención internacional contra el gobierno de Maduro, al calificarlo de “dictadura”. “Lo que nosotros queremos, por aquello que nosotros propugnamos, es por una intervención militar internacional con el ejército de Venezuela que desaloje a la dictadura”, declaró Uribe en un acto realizado en Cúcuta. Lea: Moción de censura contra Luis Gilberto Murillo por respaldo a Venezuela
El líder opositor también agregó: “Aquí no hay más caminos, qué pedimos nosotros, pedimos una intervención internacional, preferiblemente avalada por Naciones Unidas, que desaloje a esos tiranos del poder y convoque de inmediato a unas elecciones”.
Por su parte, el Canciller Murillo advirtió sobre las consecuencias de adoptar posturas extremas: “La gente sabe cómo inician las guerras, pero nunca saben cómo terminan y el dolor de la gente; y yo invito a los líderes responsables de este país a que no “Planteemos alternativas que realmente no tienen cabida en un mundo convulsionado”.

El reclamo de Uribe se dio un día después de la juramentación de Maduro para un nuevo período presidencial, pese a la controversia sobre la legitimidad de las elecciones de julio y la negativa de Caracas a entregar las actas de los comicios. En ese contexto, Murillo reiteró que Colombia no reconoció los resultados de las elecciones, pero defendió la decisión de designar al embajador en Venezuela, Milton Rengifo, para asistir a la toma de posesión de Maduro. Esta presencia diplomática, según Murillo, tenía el objetivo de evitar una ruptura total con Venezuela, lo cual podría haber exacerbado las tensiones en la frontera.
“Era muy importante garantizar la presencia del Embajador porque manteníamos una relación de Estado y no tener presencia era cerrar todos los canales de interlocución que nosotros necesitamos”, explicó el Canciller, al justificar su decisión como “la más responsable”.
Murillo también subrayó que su gobierno ha manejado la relación con Venezuela “con mucho cuidado, con mucho tacto”, debido a las implicaciones que esto tiene para las poblaciones que habitan en las zonas fronterizas. En este sentido, insistió en que la posición del gobierno colombiano busca “salvaguardar los intereses nacionales de Colombia y sobre todo del pueblo colombiano de esa frontera”.
El Canciller concluyó destacando que, en situaciones tan complejas como la crisis de Venezuela, las decisiones deben ser responsables y no guiarse por intereses políticos ajenos a la realidad que viven las personas en las zonas fronterizas.