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Colombia y Venezuela mantienen calma en frontera antes de la investidura

El cruce entre Cúcuta y San Antonio muestra un incremento en la actividad, mientras los migrantes se preparan para posibles cambios en los días venideros.

Colombia y Venezuela mantienen calma en frontera antes de la investidura

Personas y vehículos transitan por el Puente Simón Bolívar que une a Villa del Rosario (Colombia) con San Antonio del Táchira (Venezuela) este martes, en Villa del Rosario (Colombia). EFE/ Mario Caicedo

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A tres días de la investidura presidencial, que enfrenta al presidente Nicolás Maduro y al opositor Edmundo González Urrutia, la frontera entre Colombia y Venezuela se mantiene tranquila. A pesar de las tensiones que persisten en Venezuela, los principales pasos fronterizos siguen abiertos, y la actividad transfronteriza ha experimentado un ligero aumento en los últimos días.

El puente Simón Bolívar, el principal paso entre las ciudades de Cúcuta (Colombia) y San Antonio del Táchira (Venezuela), se ha convertido en el epicentro del flujo de personas y vehículos. Decenas de ciudadanos cruzan de un lado a otro, algunos llevando equipajes con productos básicos y alimentos, mientras que otros regresan a Venezuela después de un periodo de estancia en Colombia. Lea: Elección de Nicolás Maduro no tiene “legitimidad democrática”: CIDH

Personas y vehículos transitan por el Puente Simón Bolívar que une a Villa del Rosario (Colombia) con San Antonio del Táchira (Venezuela) este martes, en Villa del Rosario (Colombia). EFE/ Mario Caicedo
Personas y vehículos transitan por el Puente Simón Bolívar que une a Villa del Rosario (Colombia) con San Antonio del Táchira (Venezuela) este martes, en Villa del Rosario (Colombia). EFE/ Mario Caicedo

Según los testimonios de los habitantes de la zona, la presencia de fuerzas de seguridad, tanto colombianas como venezolanas, se mantiene constante pero sin mayores alteraciones. Aun así, el ambiente sigue marcado por un sentimiento generalizado de incertidumbre respecto a lo que pueda suceder el 10 de enero, cuando se lleve a cabo la ceremonia de investidura presidencial en Venezuela.

Uno de los principales temores de los habitantes de la región es el posible cierre de la frontera, algo que ha ocurrido en otras ocasiones en momentos de crisis política. Francisco Olivares, un venezolano que vive en la zona, comentó a EFE: “Voy a quedarme con mi esposa en casa de un familiar en Cúcuta estos días porque están diciendo que cerrarán la frontera y quiero saber qué sucederá después del viernes”.

Aunque en el momento no se ha dado ninguna indicación oficial de que la frontera será cerrada, la posibilidad de nuevas restricciones genera angustia entre los que han optado por refugiarse en Colombia.

De acuerdo con las cifras de Migración Colombia, el país acoge actualmente a más de 2,8 millones de migrantes y refugiados venezolanos, lo que convierte a Colombia en la nación que alberga al mayor número de personas desplazadas por la crisis económica y política en Venezuela.

La incertidumbre sobre el futuro de la situación política en Venezuela es palpable entre los migrantes y ciudadanos que habitan en la zona fronteriza. Desiré, una trabajadora de La Parada, un caserío colombiano cercano al puente Simón Bolívar, expresó su preocupación por la continuidad de la crisis: “Aunque es delicado lo que uno dice, muchos de nosotros queríamos ver a Edmundo González en esa posesión, pero ahora nuevamente estaremos enfrentando necesidades”.

La situación de muchos de los migrantes es compleja, pues aunque se encuentran en Colombia, la inestabilidad política de su país de origen les ha dejado secuelas económicas y sociales.

Otro habitante de la zona, que prefirió no identificarse, se mostró pesimista frente al futuro cercano: “Año nuevo con miedos nuevos sobre lo que pueda suceder. La situación sigue mal y nosotros somos los perjudicados porque a muchos les tocó emigrar”. Las emociones de frustración y ansiedad se repiten entre muchos de los migrantes venezolanos que han sido forzados a dejar su país en busca de mejores condiciones de vida.

Vehículos ingresan a Colombia por el Puente Simón Bolívar que une a Villa del Rosario (Colombia) con San Antonio del Táchira (Venezuela) este martes, en Villa del Rosario (Colombia). EFE/ Mario Caicedo
Vehículos ingresan a Colombia por el Puente Simón Bolívar que une a Villa del Rosario (Colombia) con San Antonio del Táchira (Venezuela) este martes, en Villa del Rosario (Colombia). EFE/ Mario Caicedo

Por su parte, el gobernador del estado de Táchira, Freddy Bernal, se pronunció sobre los rumores de un posible cierre de la frontera y los desmintió categóricamente. En declaraciones a los medios, Bernal aseguró que “no hay razón para cerrarla” y agregó que se mantiene un “control absoluto sobre nuestra frontera”. Según su versión, el gobierno venezolano ha instalado cámaras en todos los puentes y en algunas trochas utilizadas para el paso ilegal entre ambos países, lo que permite una vigilancia en tiempo real sobre las actividades en la zona.

La frontera colombo-venezolana, que abarca 2.219 kilómetros y cruza por siete departamentos colombianos y cuatro estados venezolanos, es hogar de más de 12 millones de personas que viven en una situación de constante flujo. Esta realidad transfronteriza ha sido moldeada por la historia de migración y por la continua crisis política en Venezuela.

Aunque por ahora la situación sigue bajo control, la incertidumbre y los temores sobre lo que sucederá tras la investidura presidencial del 10 de enero siguen siendo un tema central en los comentarios de los habitantes de la región.

La normalidad observada en los cruces fronterizos podría cambiar rápidamente, dependiendo de los acontecimientos políticos que se desaten en Venezuela en los próximos días. Mientras tanto, miles de personas continúan atravesando la frontera, buscando seguridad y estabilidad en un contexto incierto.

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