Fabio Ochoa Vásquez, exintegrante del Cartel de Medellín y uno de sus principales fundadores, habló con los medios este lunes, luego de ser deportado desde los Estados Unidos, donde cumplió una condena de 26 años por narcotráfico. A su llegada al Aeropuerto El Dorado de Bogotá, Migración Colombia confirmó que Ochoa no tenía pendientes con la justicia colombiana, lo que permitió que quedara en libertad de inmediato.

Ochoa, de 67 años, fue interceptado por periodistas a su llegada y se le preguntó acerca de su posible participación en el programa de paz que promueve el gobierno de Gustavo Petro. Su respuesta fue clara: “No he pensado en eso. Yo soy un tipo de paz, pero no he pensado en eso”. De esta forma, dejó en claro que no tenía planes inmediatos de involucrarse en ese proceso, aunque no descartó la idea de identificarse con un “tipo de paz”. Lea: Fabio Ochoa, excapo del cartel de Medellín llegó a Colombia
En cuanto a los delitos cometidos durante su época en el Cartel de Medellín, Ochoa fue enfático en su declaración. “Yo no estoy arrepentido de lo que hice porque este caso me lo montaron. Yo en el pasado me sometí a la justicia, pero este caso me lo montaron”, expresó, refiriéndose a su condena en los Estados Unidos. Este comentario refleja su postura respecto a su proceso judicial y su percepción sobre los cargos que enfrentó.

Tras su liberación, Ochoa confirmó que se instalará en Medellín junto a su familia. Señaló que su seguridad será garantizada por un esquema privado y no por la Policía Nacional. Posteriormente, en la misma noche de su llegada, Ochoa se dirigió hacia la capital de Antioquia, donde continuará su vida tras haber estado más de dos décadas en prisión.
Ochoa Vásquez fue capturado en octubre de 1999 y extraditado a los Estados Unidos en 2001, donde fue condenado a 30 años de prisión por conspiración, tráfico de drogas y la distribución de grandes cantidades de cocaína. Su pena fue reducida como resultado de su colaboración con las autoridades estadounidenses.

Además de ser uno de los socios más cercanos de Pablo Escobar, Ochoa estuvo vinculado a otros hechos de gran relevancia en la historia del narcotráfico, como el asesinato del piloto Barry Seal, quien también era informante de la DEA. Tras su deportación y su regreso a Colombia, Ochoa se encuentra en libertad y lejos de las instituciones penitenciarias después de haber cumplido su condena en territorio estadounidense.