El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ofreció su esperado discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, luego de cuatro días intensos de actividades diplomáticas en Estados Unidos.
Petro durante los 15 minutos que tuvo para exponer su visión sobre temas globales, en el marco de la 79ª edición de la Asamblea, no se guardó nada y arremetió contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Lea: Petro filtró información sobre Pegasus y así afectó al país
“Hoy estoy orgulloso de presentarme ante ustedes como el presidente del corazón de la tierra. Si, como el corazón, debemos dar el ejemplo de unidad, paz total y de preservación de la naturaleza. Por eso es que desde el corazón de la tierra, invitamos a todos los países a hacer un acto de conciencia, dejar la codicia que está matando al ser humano”: expresó el mandatario.

“Es en esta desigualdad alcanzada, la mayor de nuestra historia como especie, donde se encuentra la lógica de la destrucción masiva desatada en la crisis climática y la lógica de las bombas que suelta un criminal como Netanyahu sobre Gaza”, expresó Petro.
“Cuando muera Gaza morirá la humanidad toda, el pueblo de Dios no es el pueblo de Israel , no es el pueblo de Estados Unidos, es la humanidad toda”, aseveró el presidente. Lea también: Gustavo Petro lanzó nuevo dardo contra los medios de comunicación
Agregó que: “Hoy tenemos 20.000 niños y niñas asesinados bajo las bombas” e insistió en que la democracia de la humanidad está muriendo en medio del “terror de las bombas sobre los pueblos”, como se está viviendo en Gaza.
Petro insistió que: “Resulta que el pueblo de Dios no era Israel, no es el pueblo de EEUU de Norteamérica, sino que era la Humanidad toda y los niños de Gaza eso eran: humanidad, el pueblo elegido de Dios. Están matando el pueblo elegido de Dios”.
Las campanas del planeta
De la misma forma, la crisis climática está llevando al fin de la humanidad, según Petro, pues “los científicos dijeron que si se quemaba la selva del Amazonas llegábamos al punto de no retorno climático, donde las decisiones humanas para detener el colapso ya serán inocuas”, y “la selva amazónica se está quemando”, recordó haciendo alusión a los centenares de incendios que se han producido en las últimas semanas en Suramérica.
“Las campanas ya doblan por todo el planeta por ti, por nosotros, por la vida y la humanidad, como dijera Ernest Hemingway. Las campanas no solo doblan por ti, sino por toda la vida. Ha comenzado el fin”, vaticinó el presidente.
El presidente también se refirió a la desigualdad social, recordando que Oxfam indicó esta semana que el 1 % más rico de la humanidad tiene más riqueza que el 95 % de toda la humanidad junta.
“Es en esta desigualdad alcanzada, la mayor de nuestra historia como especie, donde se encuentra la lógica de la destrucción masiva desatada en la crisis climática y la lógica de las bombas que suelta un criminal como (el primer ministro israelí Benjamín) Netanyahu sobre Gaza. Netanyahu es un héroe para el 1 % más rico de la humanidad porque es capaz de mostrar que los pueblos se destruyen bajo las bombas”, aseguró el presidente colombiano.
“La maximización de la muerte”
Como en años anteriores, Petro atacó el libre mercado, apuntando esta vez que es “la maximización de la muerte” y subrayando que ese 1 % más rico es el que está permitiendo “que se tiren bombas a las mujeres, ancianos y niños de Gaza, o de Sudán, o se bloqueen económicamente los países rebeldes que no encajan en su dominio”.
“No puedo más que decirles a los pueblos del mundo desde la voz débil de un país sin armas de destrucción masiva, pero hermoso por su diversidad natural y cultural, el país de la belleza y las mariposas de todos los colores, que ya no es la hora de los gobiernos sino la hora de los pueblos”, afirmó Petro, quien llamó a levantar “la bandera de la vida o nuestros pueblos se llenarán de cementerios como nos lo mostró la epidemia”.
Y habló directamente a los principales mandatarios del mundo: “Ya no le hablo a Biden, a Macron, o a Scholz, o a Xi Jin Ping, o a Putin. (...) Le corresponde a la humanidad dar la batalla, es la hora de los pueblos. Si los gobiernos no pudieron y decidieron jugar con bombas y guerras sin sentido, juegos de poder inocuos, entonces es la hora de tomar la solución de los grandes problemas de la humanidad en las manos de la misma gente”.

