El presidente, Gustavo Petro, salió hoy en defensa de la propuesta de su Gobierno de convocar una Asamblea Constituyente, tras las críticas lanzadas a esa posibilidad por parte del presidente de la Corte Constitucional, magistrado José Fernando Reyes.
Para el jefe de Estado, la opinión del magistrado Reyes está “equivocada” y “no reconoce” los hechos que ameritan la Constituyente. Lea aquí: Petro sale en defensa de Quintero: “La procuradora volvió a infligir la convención”
Sostuvo que la Constitución del 91 ha tenido contrarreformas en aspectos esenciales, pero también le han restado recursos a la educación pública, anuló los mecanismos para hacer una reforma agraria y que no ha garantizado los derechos universales para que no se transformen “en simples mercados y negocios”.
En un segundo punto argumentó que el Congreso no ha desarrollado en 33 años órdenes expresas de la Constitución como lo son “la ley orgánica de ordenamiento territorial, mantenemos la de 1886; la reforma a la justicia, la reforma política y electoral que ordena el acuerdo de paz del 2016″. Lea aquí: Procuradora rechaza constituyente de Petro y exalta la Constitución de 1991
Además del “estatuto del trabajo para dignificar la vida laboral; aún, después de 33 años, no es real la igualdad de la mujer, y se siguen discriminando en la sociedad y en el estado, las minorías étnicas, sexuales y culturales”, resaltó el Presidente.
Para Petro “ameritan un examen del poder constituyente” los hechos posteriores a la Constitución de 1991 como lo son el cumplimiento del acuerdo de paz del 2016 “que es declaración unilateral de Estado, y que no se han desarrollado como el progreso económico y social del territorio excluido”.
A lo que se suma “la crisis climática que demanda el ordenamiento alrededor del agua y la liberación de los espacios del agua” y “el camino del perdón social y la paz definitiva”.
Tanto el presidente de la Corte Constitucional como la procuradora, Margarita Cabello, aseguraron que es necesario respetar la constitución del 91, que aún tiene muchas cosas para cumplir.
Para el magistrado Reyes la Carta Magna “no puede ser una masa deforme, gelatinosa y banal cambiable a placer, sino al revés, debe ser un texto rígido con muy relativas flexibilidades”.