La promesa de una paz total, que sea estable y duradera, sigue condenada a ser solo un anhelo. Hace 20 meses Gustavo Petro llegó a la Presidencia de la República ondeando con fuerza el discurso de una política de paz total que, hoy por hoy, no ha concretado y, en cambio, tambalea con pasos cada vez más preocupantes hacia el fracaso.
La violencia en las regiones es cada vez más crítica, así como la expansión y fortalecimiento de las organizaciones guerrilleras y las disidencias de las antiguas Farc. A Jhan Moreno, firmante de la paz y reincorporado, quien se ha convertido en líder de su comunidad en el Cauca, le preocupa que, en medio de la violencia y la acechanza de los grupos armados ilegales, quedan ellos, los firmantes que han cumplido. Lea aquí: Asesinan a otro líder social en Colombia, el tercero en cuatro días
“Somos aún más vulnerables por nuestra condición de desmovilizados”, alerta Jhan.
En efecto, según conoció El Colombiano, los desmovilizados están en un escenario de angustia y zozobra. Por un lado, viendo cómo los proyectos productivos como sustento económico y que fueron ideados tras la firma del Acuerdo de Paz en 2016 están a punto de fracasar por mala planeación.
Por el otro, se enfrentan a los guiños del Estado Mayor Central (EMC) que hábilmente les invita a engrosar sus filas a cambio de salarios que pueden ir entre 2 y 10 millones de pesos. La variación depende de la experiencia criminal que tenga el exguerrillero. Lea aquí: Avioneta cae sobre motociclista en Cartago, Valle del Cauca
Los ofrecimientos de dinero son variados. La escala de valores está discriminada según el frente al que perteneció, el rango que haya alcanzado y las tareas o actividades a su cargo. A aquellos que llegaron a tener alguna especialidad en la guerrilla los motivan con que recibirán bonificaciones ocasionales si regresan a esa disidencia. Es el caso de los explosivistas y de quienes fueron cabecillas, por mencionar algunos cargos.
“Hay una oferta que ha debilitado a mucha gente, algunos compañeros se han abierto por la oferta, producto de los incumplimientos del Estado. Y eso hace que la situación sea crítica y se ganen a las personas con los ofrecimientos económicos para sostenerse. Les están ofreciendo de 2 a 10 millones de pesos mensuales de acuerdo con el rol que haya jugado el firmante durante su participación en el conflicto”, contó a El Colombiano Pastor Alape, exguerrillero de la desaparecida Farc y dirigente del Partido Comunes.
No hay certeza en la cifra. Ni Alape, tampoco Jhan o el Gobierno, precisan el número de desmovilizados que han vuelto a la insurgencia seducidos por mejores ingresos económicos.
Sin embargo, de lo que sí hay certeza es de la causa. Los firmantes, decididos aún en la reincorporación, apuntan a los incumplimientos y tardanza en la implementación de lo prometido, como los motivos del reverzaso.