Una inesperada reunión entre el presidente Gustavo Petro y la saliente fiscal encargada, Martha Mancera, ha suscitado un torbellino de preguntas en el ámbito político colombiano. El encuentro, al que también asistió la directora del Departamento de Prosperidad Social, Laura Sarabia, considerada la mano derecha del mandatario, se produjo en medio de un contexto de fuertes acusaciones contra Mancera por parte del Gobierno y aliados en el Congreso, quienes la han relacionado con el narcotráfico y supuestas acciones de encubrimiento de funcionarios corruptos en el Valle del Cauca.
El tema explotó este viernes tras las declaraciones expresadas por el director de la Revista Cambio, Federico Gómez Lara, quien dio a conocer la revelación de dicho encuentro fue documentado por una de las periodista de dicho medio, Sylvia Charry.
“Esta información la vimos con gran escepticismo porque no podíamos creer que una cosa así habría tenido lugar, dado a los acontecimientos que han existido entre Petro y Mancera. Lo que primero supimos era que el saliente fiscal Barbosa estaba furioso con Mancera cuando se enteró del encuentro secreto con su “némesis” Gustavo Petro”, indicó Goméz Lara. Lea aquí: Gustavo Petro defiende la reforma laboral: “mejor salario y mejor jornada”
Agregó que: “Barbosa se sentía traicionado por Mancera, ya que, este la había defendido a capa y espada. En otras palabras, el exfiscal sintió que una vez el salió del cargo su “protegida” ya estaba reunida con el presidente Petro”.
Una vez conocido el polémico tema del encuentro, Martha Mancera, fue consultada sobre la naturaleza de este sorpresivo encuentro, afirmó que el propósito era “tratar temas de paz”, una explicación que contrasta con las recientes críticas que ha recibido de la administración Petro. Aclaró que la reunión se justificaba dentro del marco de directrices establecidas por la Corte Constitucional, que exige que tales encuentros sean debidamente justificados y soportados.
Curiosamente, la reunión no tuvo lugar en la Casa de Nariño ni en el búnker de la Fiscalía, sino en la residencia del Ministro de Justicia, Néstor Osuna. Mancera defendió la legitimidad de la reunión basándose en su ubicación dentro del territorio colombiano, específicamente en Bogotá, desvinculando el lugar del encuentro de su importancia como acto de Estado. Lea también: Emiten orden de captura contra 481 acusados de asesinar a líderes sociales
Además, Mancera se refirió a los acompañantes durante la reunión, enfatizando que su interlocución fue directamente con el presidente, y dejando en claro que la presencia de otras personas, como Sarabia, quien está bajo investigación, no influía en la agenda de su diálogo con Petro. Respondiendo a inquietudes sobre la presencia de Sarabia, Mancera insistió en que cualquier investigación en curso es manejada por fiscales independientes, sin ninguna interferencia por su parte.
Este encuentro plantea interrogantes sobre la coherencia entre las declaraciones públicas del Gobierno contra Mancera y la disposición para sostener reuniones privadas en un contexto de acusaciones graves. La fiscal aseguró que la reunión se centró exclusivamente en asuntos de estado, negando cualquier discusión sobre casos o temas específicos fuera de su jurisdicción como Fiscal General de la Nación.