“No creo que haya en realidad una orden ilegal de comandante del Ejército”, con esa frase el ministro de Defensa, Iván Velásquez, defendió al general Luis Mauricio Ospina, comandante del Ejército Nacional, de los recientes investigaciones que lo involucran con presuntas interceptaciones ilegales.
Tal como se conoció este martes, Ospina habría ordenado “chuzar” las comunicaciones del civil Leonardo Colmenares, profesor de inglés de su esposa. Le puede interesar: Acusan al comandante del Ejército de investigar al profesor de su esposa
Tras un día completo del escándalo que involucra a uno de los máximos mandos de las Fuerzas Armadas, el ministro salió a dar declaraciones en las que respaldó al oficial.
Según explicó Velásquez, las actuaciones de su subordinado podrían explicarse dentro de su deber normal de garantizar la seguridad de él mismo y de las personas de su entorno.
Pese a eso, la Procuraduría y la Fiscalía General de la Nación hallaron elementos suficientes para abrir una indagación preliminar con la que busca establecer si el comandante cometió irregularidades o abusos de poder.
Esto último porque, según las denuncias, habría usado los instrumentos del Estado para un asunto personal.
De hecho, la información preliminar sugiere que el nombre del profesor de inglés habría sido incluido dentro de una lista de una organización ilegal para poderlo seguir sin levantar sospechas.
Sobre eso último sí fue contundente Velásquez, quien aseguró que “en cuanto se dispone a la contrainteligencia que verifique respecto de una persona, eso solo no constituye una ilegalidad.
Otro problema es, en la ejecución de esa orden, como se ha dicho que el profesor Colmenares entonces fue incluido en un informe como miembro de una organización armada ilegal sin serlo, eso ya sí es un acto inclusive delictivo que tiene que aclararse suficientemente”. Lea aquí: “Él dio la orden”: agente pide al comandante del Ejército que “asuma su orden”
Por eso, aseguró que se realizarán las investigaciones correspondientes para esclarecer si hubo o no un uso inadecuado de servicios de inteligencia y contrainteligencia.