Aunque el presidente Gustavo Petro se reunió en China con una de las empresas encargadas de la construcción de la primera línea de Metro de Bogotá y sigue planteando la posibilidad de que no sea elevada sino subterránea, es muy poco probable que pueda modificar lo que ya está establecido en un contrato.
Así lo sostiene Andrés Escobar, estructurador del proyecto y firmante del contrato de la Primera Línea del Metro de Bogotá. En diálogo con Colprensa, aseguró que ni siquiera si ganara un candidato a la alcaldía que se opusiera a hacer la primera línea como está estructurada podría alterar un proceso que ya está bastante adelantado.
La controversia surgió en los últimos días, a propósito de la visita a China del presidente Petro, y se ha mantenido en un intenso de cruce de mensajes por Twitter, entre el mandatario y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Lea aquí: Claudia López arremetió una vez más contra Petro por el metro de Bogotá
López, en varias entrevistas con emisoras de radio, insistió este jueves en que la decisión sobre el futuro del metro no depende del presidente y hacer modificaciones, además de que provocaría un incumplimiento de contrato, retrasaría el proyecto y aumentaría los costos para los ciudadanos.
Según Escobar, los cambios al contrato se pueden hacer solo por razones muy específicas y solo por parte de quienes suscribieron el acuerdo, la empresa Metro de Bogotá y el concesionario chino.
“Ésta es una disputa mediática y distractora. El contrato no lo pueden modificar sino los que lo firmaron. Por fortuna, tenemos instituciones y la Empresa Metro es de Bogotá, no de la nación, aunque esta haya puesto el 70% del dinero”, precisó Escobar.
“Esta cofinanciación no le da al Gobierno acciones en la empresa, ni siquiera puestos en la junta directiva. La junta son nueve: tres ministros, tres secretarios del Distrito y tres independientes. Los de la nación no pueden gobernar en la empresa, y la empresa tiene un contrato firmado, generado en una competencia internacional y que nadie ha incumplido”, agregó Escobar.
Los contratos de concesión para el Metro de Bogotá surgieron de un proceso exhaustivo, que incluyó una precalificación de las empresas con base en su experiencia previa, fortaleza financiera y su estado legal sin sanciones del Banco Mundial. Lea también: “Es jurídicamente viable hacer tramo subterráneo del Metro de Bogotá”: Petro
De un total de seis consorcios precalificados, fueron los chinos quienes se alzaron como los ganadores. El proceso de competencia se extendió casi durante dos años, con la firma del contrato en noviembre de 2019. Escobar destacó que el contrato ha sido ejecutado de manera correcta, lo que, según él, no justifica ni desde el punto de vista legal ni técnico realizar cambios en su contenido.
El estructurador señaló un aspecto técnico fundamental al argumentar que el metro subterráneo no ofrece una mayor capacidad de transporte ni una velocidad sustancialmente superior. Cualquier intento de modificar el contrato, como el recorte del tramo elevado, implicaría un gasto significativo, incluyendo una indemnización a los chinos, sin que se traduzca en beneficios para la movilidad de la ciudad.
Si un futuro alcalde quisiera hacer modificaciones al proyecto, Escobar aclaró: “El alcalde no puede modificar un contrato que firmó la empresa Metro, aun cuando él sea presidente de la junta. Podría solicitarle al gerente que lo hiciera, pero es que la modificación de un contrato tiene que obedecer a unas causas y a unas razones. No puede hacerse por capricho de las partes”.
En caso de que se produzca una modificación sin justificación legal, el gerente sería el responsable de un detrimento patrimonial, lo que implicaría indemnizaciones y un sobrecosto de 12 mil millones de pesos.
En cuanto a las razones por las cuales se podría modificar el contrato, Escobar explicó que se consideran principalmente dos situaciones: que resulte imposible de cumplir, que haya una fuerza mayor, un acto sobreviniente que haga necesario modificar el contrato para poder cumplir su objeto social, manteniendo el objeto; y la segunda, el incumplimiento del contrato por una de las partes. Le puede interesar: Los 12 instrumentos de cooperación firmados entre Colombia y China
En general, los contratos incorporan un sistema de sanciones como multas, pero en ocasiones puede requerirse una modificación o incluso la terminación anticipada del contrato. Sin embargo, en el caso del contrato de la primera línea, ninguna de estas condiciones se ha presentado, añadió.
Para la primera línea, Escobar destacó que el contrato avanzó según lo planeado, a pesar de un retraso inicial en la presentación de diseños que se resolvió con sanciones de apremio que pagaron los chinos. Desde entonces, se ha cumplido con los objetivos y plazos establecidos en lo que respecta a la construcción de obras.