En el territorio de Altaquer, en Barbacoas, ocurre una situación particular: unos dos mil indígenas se localizan en un tramo de dos kilómetros bloqueando la carretera. En su gran mayoría son jóvenes e incluso niños, que, ataviados con su bastón de mando, esperan una respuesta a sus inquietudes, sus miedos e incertidumbre.
Hace casi dos meses los integrantes de unos 10 resguardos indígenas de la comunidad Awá salieron del territorio a refugiarse al casco urbano de Altaquer. El temor de caer entre las balas o ser mutilados por una mina antipersonal los hizo abandonar lo poco que tenían.
“El conflicto armado nos ha llevado a perder muchísimo, en algunos casos indígenas han salido de la zona para siempre. Hemos enterrado a muchas personas que ha formado parte de nuestra vida. Ahora ingresar al territorio me duele, es todo desolación y miedo, la gente no quiere volver, ellos no desean vivir en su territorio por el miedo, los niños están temerosos, para muchos, esto de la guerra es algo nuevo”, señala Doris Puchana, quien recuerda entre lágrimas cómo hace 15 años unos encapuchados asesinaron a su esposo, solo por ser líder de la comunidad Chagüí Chimbusa. Cuba saluda firma de protocolos entre el Gobierno y el ELN
Desde finales de mayo, hombres de la Nueva Marquetalia, el ELN y la Urías Rendón de la Farc empezaron a recorrer el territorio y a tener enfrentamientos en medio de la comunidad Awá, asentada a los costados en un corredor, desde la localidad de Mallama hasta los límites con Tumaco, en un espacio de unos 120 kilómetros.
“Ya estamos acostumbrados”, dice Puchana, pero en esta ocasión las amenazas contra líderes son directas, hasta el punto que han sido asesinados cuatro de ellos en cuatro meses, el último el jueves 13 de julio. Hallan cuerpos de bebés en bolsas de basura: serían gemelitos
“No es justo tener que escondernos, es algo muy triste en especial para los niños, queremos garantías para poder vivir tranquilos. He visto muchos niños que lloraron a sus papás, hermanos, tíos, abuelos, eso duele mucho, ya es hora de parar esto”, añade Doris.
DESPLAZAMIENTOS
Son casi 4 mil indígenas que se encuentran en dos albergues abandonados hace varios años, los cuales tuvieron que rehacer para albergar a la comunidad. Se cuentan más de 600 menores de edad y unos 500 ancianos.
“A veces dicen que los indios pedimos y pedimos cosas, pero acá no hay nada, solo solicitamos el derecho a la vida, acá vivimos al diario. Muchos conviven en condiciones muy tristes, no tienen casa, agua potable, salud, educación”, menciona la líder.
Desde el momento en que salieron de territorios como Chagüi, San Antonio, La Vega y Chimusa, las alcaldías de Ricaurte y Barbacoas junto a la Cruz Roja ayudaron en el tema de alimentación. Luego la Gobernación intervino, pero en un mes los recursos se agotaron y muchos tuvieron que aguantar hambre o retornar a sus regiones con el temor a caer en un campo minado o ser víctimas de balas perdidas, como ocurrió con un integrante de Chimbusa hace 15 días.
RECONOCEN QUE VIVÍAN DE LA COCA
Los líderes reconocen que en la zona hay cultivos de coca, pero están dispuestos a
Sustituirlos: “No tenemos proyectos para que la gente pueda sustituir la coca por otros cultivos, la gente está consciente que se tiene que terminar con esto, no erradicar sino sustituir con otros proyectos que la gente pueda sobrevivir”, asegura Diego Chingal, Coordinador de la Guardia Indígena.
Precisamente, el lunes los líderes de los Awá sostendrán una reunión con funcionarios de alto nivel del Gobierno nacional para presentar proyectos productivos de cultivo de caña,
piscicultura, plantas medicinales, plátano y yuca.
“Sí existen cultivos de coca, y lo sabemos, pero todo se dio porque la gente ha sido olvidada desde hace muchos años, y por eso les tocó sembrar coca. Sin embargo, creemos que es tiempo para que nos alcen a mirar, que nos ayuden, no queremos seguir con esto, no pedimos dinero, sino apoyo para los proyectos productivos, tecnología. Esperamos que este Gobierno nos pueda dar la mano”, comenta Chingal.
SE LLEVAN A JÓVENES PARA LA GUERRA
Para Julio López, Fiscal de los Resguardos de Chagüí Chimbuza, lo más importante es proteger a los jóvenes para evitar que sean reclutados: “intentamos a toda costa que los jóvenes no se vinculen a ningún grupo armado, que ellos continúen en nuestros territorios o que salgan, que sean hombres y mujeres que den ejemplo, ese es el propósito, y eso no le gusta a los grupos armados, ellos quieren reclutar jóvenes para su guerra”.
En este sentido el Fiscal comentó que muchos son asesinados en venganza. “Perjudican a toda la población, siempre pasa, cuando descubren que un joven está en un determinado grupo, la venganza es con la familia, asesinado a uno o dos de sus miembros”.
Pero ellos en realidad tienen sueños más grandes que anhelan proteger. Hany Fajardo, de 12 años de edad, quien porta el bastón de Guardia Indígena del Resguardo La Primavera, asegura: “Quiero ser abogada, deseo que los niños estén tranquilos, nos gustaría que no haya más enfrentamientos. Si algún día logro mi sueño, regresaré al territorio, debo ayudar a mis hermanos”.
Nicol Recalde, de 15 años, expresa que su sueño es estudiar idiomas: “Estar tranquila es mi anhelo, manejamos las situaciones cuando hay combates, pero el estrés está siempre ahí, ojalá pudiera estudiar, quiero esforzarme y volver a esta tierra sagrada. En este momento a los jóvenes no le gusta ser líderes, ser guardia es muy duro, se necesita ser responsable y
acompañar a los gobernadores, pero siempre dando ejemplo”.
SEGUIRÁN EN EL PARO
Hasta el momento siguen llegando apoyos para esta causa, grupos como la Organización de Resguardos Indígenas del Pueblo Awá del Pacífico, Oripap y Magüí, se unieron y mostraron el respaldo a este paro. Si no hay una voz de aliento, ayuda para la comunidad en proyectos que sean serios y realizables, seguiremos taponando las vías. Cueste lo que cueste vamos a seguir en la lucha reclamando los derechos y esperemos que nos escuchen”, dijo Puchana.
Y es que nada más el día viernes en la tarde la alcaldía reportó que en Barbacoas 83 familias fueron desplazadas debido a enfrentamientos entre grupos armados.