La Corte Constitucional protegió los derechos fundamentales de un joven de 15 años, a quien la administración del conjunto residencial en donde vivía le prohibió tocar la batería.
La Corporación consideró que la expresión artística está ligada al libre desarrollo de la personalidad de los menores, y por lo tanto debe protegerse.
“El derecho a la libre expresión artística de los niños, niñas y adolescentes es fundamental para el ejercicio y garantía de los derechos a la libertad de expresión y al libre desarrollo de la personalidad, además de ser un potencializador de la dignidad humana, del conocimiento y del desarrollo cultural y científico de los menores”, manifestó el fallo.
En el caso concreto, la Administración y el Consejo de Administración de la Unidad Font Living de Medellín le prohibió al menor continuar con sus clases de música, debido al ruido que producía la batería que tocaba y le informó a la madre del menor, que de no cesar las clases de batería sería multada.
Sin embargo, la Sala encontró que la Administradora y del Consejo de Administración violaron el derecho al debido proceso del joven, al tomar la decisión de manera arbitraria, y sin basarse en investigaciones serias sobre los posibles daños que el ruido podría causarle a la copropiedad. Así mismo, no se le dio la oportunidad al menor a su familia de defenderse.
Finalmente, la Corte decidió que en caso de que el joven decida retomar las clases de música, la Administración deberá permitirle una hora diaria de batería en el horario comprendido entre las 4 p.m. y 5 p.m. Por su parte, la mamá del menor deberá adoptar todas las medidas necesarias para insonorizar la habitación o el espacio donde se desarrolle esta practica.