Hacia las tres de la tarde, la Fiscalía presentará ante un juez especializado la acusación formal contra Rafael Uribe Noguera por los delitos de secuestro, abuso sexual, feminicidio y tortura, y además lo presentará como un monstruo que se aprovechó de la vulnerabilidad de una niña de 7 años.
La Fiscalía ha dicho que tiene pruebas científicas y biológicas irrefutables como las muestras de sangre de Uribe encontradas en el cuerpo de Yuliana.
Son 25 testimonios, entre los que se cuentan los de varios menores de edad que presenciaron el rapto de la niña y el de otras personas que aseguran que Rafael Uribe tenía quince días de estar acechándola y hasta le había ofrecido dinero.
La Fiscalía cuenta además con 25 videos que reconstruyen el recorrido criminal de Uribe con la menor por los apartamentos de Equu 66 y Equu 64. Los audiovisuales evidencian momentos en los que la niña aún está con vida y otros cuando está moribunda y otros cuando ya estaba muerta.
Son cincuenta investigadores los que adelantan las investigaciones del caso e incluso se tiene ayuda de Estados Unidos para esclarecer a través de los computadores de Rafael Uribe si existen nexos con redes de prostitución infantil.
Pese a que Rafael Uribe confesó el crimen en un diálogo con los investigadores resta esperar que acepté los cargos antes el juez, además otro de los puntos que queda por esclarecer es si éste abuso de la menor cuando aún estaba viva o cuando ya estaba muerta porque de ser así no se le acusaría de abuso sexual sino de profanación.
El ente acusador también tiene pendiente la acusación formal contra los hermanos de Rafael Uribe, Catalina y Francisco por su presunta participación para alterar la escena de crimen y contra los policías y funcionarios criminalísticos que estuvieron en la escena del crimen debido a la tardanza en la entrega del cuerpo de la niña a Medicina Legal. El levantamiento del cadáver se hizo a las 1 de la mañana y entregada cuatro horas después.
Además queda pendiente descubrir quién bañó a la niña en aceite, sustancia con la que intentaron ocultar rastros biológicos del agresor.
