Suele discutirse si las Farc, si sus principales mandos y direcciones deben tener derecho a participar en la política activa. Podríamos decir entonces que la exclusión política ha sido la principal causa de la confrontación armada”.
Rodrigo Londoño Echeverry, alias ‘Timochenko’
El jefe máximo de las Farc intuye que pronto se logrará la firma del acuerdo general para la terminación del conflicto armado en Colombia.
También, que eso significa que buena parte de los actuales militantes de las Farc podrá participar en política de manera legal y desde ya están buscando “confluir” con el mayor número de fuerzas políticas para garantizar el cumplimiento de los acuerdos de paz.
Las visitas de líderes a La Habana, donde están reunidos los cabecillas de esa guerrilla, no han sido pocas. El pasado fin de semana se vieron con Clara López, excandidata presidencial del Polo Democrático. También ha estado la exsenadora Piedad Córdoba; el expresidente uruguayo Pepe Mujica; Ángela Robledo, representante a la Cámara de la Alianza Verde; el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro; Federico Mayor Zaragoza, político español.
Expertos hablan de los objetivos de los encuentros: uno, preparar el escenario para la Asamblea Constituyente, vía por la cual las Farc quiere refrendar el acuerdo general, a pesar de que hasta el momento esa opción es descartada de tajo por el Gobierno. Dos, dejar de lado el camuflado y empezar a mostrarse al mundo como hombres de política.
“Vamos a hacer política sin armas”, dijo ‘Timochenko’ a la Revista Semana a comienzos de mes. ¿Pero quiénes son las fichas de la guerrilla para tal fin? ¿Cómo incursionarían en ese mundo al que desprestigian, pero anhelan entrar?
Las hipótesis varían tanto como el tipo de ataques que cometió la guerrilla durante 50 años de guerra. Los analistas plantean desde ya que ‘Timochenko’ podría ser candidato presidencial; que utilizarían su poder en zonas de influencia para ganar cargos de elección popular; hasta que se valerían de amigos de movimientos políticos afines que ya están en la vida pública para que sean sus representantes en un proceso electoral.
El senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, y quien ya ha estado varias veces en La Habana, sostiene que las Farc van a ser actores de la política nacional, van a tener incidencia y no van a actuar en cuerpo ajeno.
Como integrante de la Comisión de Paz del Senado explica que los diálogos que han sostenido los jefes guerrilleros con dirigentes políticos en las últimas semanas debe verse como “algo normal” porque van a entrar al debate público, a la confrontación de ideas y seguramente, a procesos electorales.
Dice que no puede hablar de ningún cabecilla como posible líder político porque ni siquiera las Farc han hecho planteamientos sobre cómo van a tener su participación en esa vida.
“Sería cauteloso y esperaría a que se den los pasos que hay que dar porque todavía hay temas que faltan por ser discutidos”, comenta Cepeda.
Pero León Valencia, estudioso de la mezcla entre la política y conflicto armado, no espera a la firma final para dar su opinión. Dice que en las Farc hay cinco personas con aspiraciones políticas: alias ‘Iván Márquez’, ‘Pablo Catatumbo’, ‘Timochenko’, ‘Carlos Antonio Lozada’ y ‘Pastor Alape’, que ha sido “una revelación” en los actuales diálogos de paz porque tiene “carisma”, ha estado en contacto con las comunidades a través del desminado y representó a las Farc en el único acto de perdón público (Bojayá- Chocó).
De ‘Iván Márquez’, principal vocero de la guerrilla, sostiene que su experiencia en la política sería fundamental. Él ya fue representante a la Cámara por Caquetá en 1985 cuando hizo parte de la Unión Patriótica. Pero luego del exterminio de militantes de la UP, se fue al monte.
Valencia admite que no es fácil dilucidar qué cargos buscarán los guerrilleros, pero plantea un escenario que califica de ‘loco’: “Puede ser que ‘Timochenko’ se gane el Nobel de Paz y con un galardón de esos queda listo para ser candidato presidencial. Él no tiene un prontuario expuesto como el de ‘El Mono Jojoy’ o ‘Tirofijo’ y eso lo deja en una no tan mala posición”.
Mientras que el politólogo Vicente Torrijos considera que los jefes de las Farc no tendrán una figuración directa porque no van a exponerse a un fracaso en las elecciones de 2018 sino que “serían los controladores, seleccionarían a quienes sí irían a elecciones y harían alianzas con amigos que ya están en la vida política activa”.
Dice que los actuales encuentros con políticos de trayectoria tienen qué ver con el futuro de esa organización y aunque no da nombres, dice que se trata de “personas de mucha influencia nacional, que no son miembros de las Farc, pero que simpatizan con ellos”.
En el 2013, cuando apenas arrancaban los diálogos, la dirigente del Polo, Clara López, dijo que eran las Farc las que debían determinar qué hacer con su militancia política, que “nada” tenía que ver con el Polo, pero ahora ella es una de las personalidades con encuentros privados con los jefes de las Farc.
“Antes que todo somos un movimiento político"
Sobre el discurso, Vicente Torrijos no cree que haya habido un cambio notable porque, según él, cambiarlo sería negar el origen de las Farc, “lógicamente la metodología con la que se aproximan a la comunidad no puede ser la misma y en sus discursos hay una dosificación, una narrativa más florida, sofisticada y lo mismo sucede con sus personajes. Las Farc siempre han tenido una incursión notable en las élites de este país y eso vamos a empezar a verlo con mayor claridad”.
El especialista en marketing político Pedro Viveros tampoco cree que el discurso de las Farc haya cambiado: “Ellos no lo han corregido. Lo han modulado, pero siguen haciendo la misma estrategia política de la década del 60”.
El docente universitario considera que es un “error estratégico”, no solo de las Farc sino del proceso de paz, dar ruedas de prensa durante los ciclos de conversaciones porque eso le recuerda a la gente lo malo que han hecho en los años recientes. También explica que la gente tiene que diferenciar que una cosa es la marca de las Farc, y otra, son las figuras de esa guerrilla.
Sostiene que hay muchos poblados pequeños donde tienen influencia y con la presión acostumbrada pueden tener diputados, concejales y alcaldías, después del posconflicto.
Agrega que hoy no existe una figura preponderante en las Farc como lo fue Carlos Pizarro, que jalonaba al la militancia del M-19. “Mi tesis es que no van a trabajar en el ámbito nacional sino en coalición con otros partidos y movimientos donde hay personajes con carisma y sin cargas a sus espaldas”.
Y asegura que así ‘Timochenko’ se gane el Nobel de Paz, en las grandes ciudades él no tiene afinidad con los ciudadanos y los votos no le alcanzarían para un cargo ni en el Congreso.
Hace días un negociador de paz del Gobierno Nacional comentó en privado que en Cuba ya hay hombres que se perfilan, que están haciendo el curso de políticos, pero al cuestionar sobre ello a Humberto de la Calle, jefe de esa delegación, sonríe y dice que no es el indicado para tocar ese tema. Luego, con seriedad, expresa que primero hay que esperar a las Farc dejen las armas y que sean los colombianos los que decidan.
