En una iglesia atiborrada de gente, se cumplieron el sábado en el norte de esta ciudad las exequias de Víctor Carranza, el polémico empresario de las esmeraldas que siempre estuvo bajo sospecha por sus aparentes vínculos con el paramilitarismo, aunque nunca pudo ser condenado.
La ceremonia religiosa estuvo a cargo de monseñor Héctor Gutiérrez Pabón, obispo de Engativá, una localidad anexa a Bogotá. A finales de los años 80, Carranza y Gutiérrez participaron de un proceso de paz para tratar de acabar con la violencia en el oeste del departamento de Boyacá por el tema de las esmeraldas.
“Yo nunca había visto un entierro con tanta gente”, comentó a la AP Ana Liberato, una vendedora ambulante. “O si no, mire como están las cafeterías y restaurantes: totalmente llenas”, enfatizó.
Carranza falleció hace dos días de cáncer en la clínica Fundación Santa Fe de Bogotá.
El llamado “Zar de las esmeraldas” era considerado uno de los hombres más ricos de Colombia.
Toda su vida, sin embargo, estuvo bajo la lupa de las autoridades por su aparente promoción y financiación de los grupos paramilitares, que aquí están señalados de haber asesinado a miles de personas. Carranza siempre pregonó su inocencia y decía que las declaraciones en su contra eran producto de guerrilleros y paramilitares que le exigían dinero.
Carranza tenía 77 años y sólo una vez, -entre 1998 y 2001, estuvo en prisión, aunque al final fue absuelto.
