La maldición de las “papas bombas”

Edwin Ricardo Molina, de 24 años, uno de los estudiantes involucrados en las protestas que se presentaron en la Universidad Tecnológica y Pedagógica de Tunja, Boyacá, y quien se vio afectado con la explosión de una mochila llena de papas bomba, murió debido a las graves lesiones que sufrió.
Edwin cursaba quinto semestre de sociales y tras la explosión fue llevado a la unidad de cuidados intensivos del hospital San Rafael de Tunja donde finalmente perdió la vida en la mañana de este jueves. Las directivas de la universidad decidieron suspender las clases en el plantes por tres días como sinónimo de luto por la muerte del joven.
El miércoles pasado un grupo de estudiantes de la UPTC expresaron su solidaridad con los compañeros heridos en las manifestaciones del martes.
Algunos ubicaron pupitres frente al edificio central de la Universidad, cuatro de los siete puestos fueron marcados con los nombres de los estudiantes como respaldo a los siete amigos que resultaron afectados por la explosión.
Se trató de Jorge Galvis, Fabián Chaparro, Ricardo Molina y Cristian Granados quienes también presentaron heridas de gravedad. Ellos aún continúan recluidos en el Hospital San Rafael de Tunja. Los tres estudiantes restantes fueron dados de alta y capturados para su posterior judicialización.
La oficina de comunicaciones del centro hospitalario emitió un comunicado en el cual se indica el estado de los pacientes recluidos en el centro médico. De los cuatro, uno ha muerto, y los tres restantes se encuentran en condiciones estables bajo supervisión médica y sometidos a exámenes de seguimiento y manejo.
Según el comandante de Policía de Boyacá, coronel Miguel Fernando Roa, en el momento de la explosión, varios uniformados dejaron sus escudos y brindaron los primeros auxilios a la persona que resultó más afectada por la detonación de las papas bomba, e incluso trasladaron al herido en la ambulancia de la policía.
El coronel Roa informó además que la irracionalidad de los manifestantes no permitió la atención médica del resto de los afectados impidiendo su atención médica oportuna; éstos tuvieron que ser llevados en una carro oficial perteneciente a la Alcaldía de Tunja, en condiciones no aptas.
Además, Roa lamentó los hechos y explicó que estos artefactos contenían metralla, es decir, tornillos, puntillas y elementos que pueden causar lesiones graves a los uniformados quienes solamente intentan mantener el orden y la tranquilidad como lo ordena las leyes de nuestro país. Los manifestantes utilizaron métodos que atentan contra la integridad física de los agentes.
La rectoría de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia convocó a un consejo de seguridad a las autoridades militares y de policía para analizar la situación de orden público que se género al interior de la institución. El cuerpo de inteligencia policial denunció que los manifestantes estaban guardando los explosivos al interior de la institución educativa Santiago de Tunja, colegio aledaño a la universidad y además se determinó que se ejecutarán estrategias conjuntas de carácter punitivo y pedagógico para que hechos lamentables como este no se vuelvan a presentar.