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Colombia

Se fue el párroco amigo de las veredas en Marmato

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Lo primero que hizo el sacerdote José Reinel Restrepo Idárraga cuando llegó a Marmato, en febrero del 2009, fue un recorrido por las veredas del norte del municipio.
Fueron dos días de viaje entre La Miel, La Cuchilla, El Vergel y Cabras, pequeñas poblaciones donde cada que celebraba una misa lo acompañaban en multitud.
Al preguntar por la huella que dejó en Marmato, tras su asesinato el jueves pasado entre los municipios risaraldenses de Mistrató y Belén de Umbría, en el pueblo más minero de Caldas coinciden en afirmar que ganó empatía con las comunidades rurales por sus constantes visitas a las veredas. “Era disciplinado. No le quedaba mal a las comunidades”, relata una mujer que fue cercana a él en su primer periodo como párroco. “Manejaba una agenda que trataba de cumplir siempre, y retomó algo que se estaba perdiendo, y era la celebración de bautizos y primeras comuniones en los sitios alejados”.
Incluso hay quien dice que sus misas eran más concurridas en esos lugares que en el templo del pueblo.
Allí, no obstante, se generó preocupación desde el viernes en la mañana, cuando se comenzó a notar su ausencia. Tenía programada misa para las 6:00 de la tarde. Un amigo suyo, residente en Risaralda, se comunicó con amigos de José Reinel en Marmato, pero nadie sabía de su paradero. El rumor corrió y las alarmas se prendieron entre las autoridades, que comenzaron a hacer un rastreo.
En la morgue de Belén de Umbría, mientras tanto, reposaba un cadáver sin identificar. El párroco local acudió al lugar y confirmó lo que ya se estaba diciendo en los medios de comunicación: que el cuerpo era de su par en Marmato. Tenía dos balazos en el pecho.
SIN CLARIDAD
Monseñor Juan Vicente Córdoba, Secretario de la Conferencia Episcopal, le dijo a la emisora La W que no sabía qué clase de denuncias había hecho José Reinel, pero que “luego de hacerlas alguien sale y lo mata”.
Últimamente se había convertido en un activo opositor al proyecto de explotación a cielo abierto que propone la compañía Gran Colombia Gold para Marmato. Quienes lo acompañaban en ese trabajo, sin embargo, prefieren ser más prudentes y a este medio no le hicieron ninguna afirmación que atara un cabo con otro. Las autoridades tampoco lo han hecho. Incluso la primera hipótesis que se trabaja es que lo hayan matado durante un atraco, pues cuando hayaron su cadáver le faltaban la billetera y las maletas. La moto, no obstante, estaba a un lado del cuerpo.
Mario Tangarife, líder minero del pueblo y amigo de José Reinel, recuerda que desde hace unos dos meses él se había unido a la causa del Comité Prodefensa de Marmato, y recientemente los había acompañado a Bogotá a hacer un recorrido por medios de comunicación en los que expusieron su posición.
Ese periplo también incluyó el episcopado. Tangarife y Yamil Amar, otro integrante de la comitiva, coinciden en que la intención del sacerdote era exponer ante sus superiores las razones por las que se oponía al proyecto megaminero, e informarlos sobre las ofertas que había recibido de la multinacional para trasladar el templo del casco urbano a la vereda El Llano. Allí se lleva a cabo desde hace unos 15 años el reasentamiento de Marmato y es donde se pretende reubicar a los habitantes del casco urbano en caso de que la explotación a cielo abierto tenga vía libre.
“Él siempre se negó”, recuerda Amar, “y decía que solo se iría cuando se fuera la última familia del pueblo”. Tangarife agrega que la vinculación con el Comité se dio, precisamente, cuando comenzaron a correr rumores de que estaba negociando con la empresa. “Él negó eso públicamente”. También indica que su amigo nunca le manifestó algún temor, o que había recibido amenazas.
La Regional tres de la Policía, que actúa en Risaralda, Caldas y Quindío, ofrece $20 millones de recompensa para quien aporte información que permita esclarecer el crimen. EN PÚBLICO Y EN PRIVADO
Un grupo de feligreses se desplazó este sábado de Marmato a Viterbo, de donde era oriundo el sacerdote, para acompañarlo en el entierro.
Como hombre público será recordado como el padre que el 14 de junio del 2009 les llevó al Milagroso de Buga, un día inolvidable para los católicos del pueblo. El Concejo le hará llegar una resolución a los familiares lamentado el hecho y recordándolo como un hombre que trabajó por la comunidad.
En privado tenía capacidad de diálogo, recuerda Tangarife, y anota que había manifestado la intención de ser trasladado de Marmato una vez cumpliera cinco años en esa población. “Le gustaba Riosucio como una opción de estar en una parroquia más grande”.
De pocas palabras, dice Yamil Amar, pero contaba chistes. Tartamudeaba al hablar, pero su voz era diáfana cuando cantaba. “Siempre estaba ahí con su capacidad de servicio”.
Dato
Alirio Calderón fue el sacerdote que hace dos años y medio hizo el empalme con José Reinel Restrepo Idárraga.

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