El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, evocó ayer a la niña Omaira Sánchez, quien murió junto a otras 25.000 personas tras la erupción del volcán nevado del Ruiz que el 13 de noviembre de 1985 arrasó al pueblo de Armero, en el peor desastre natural del país. “Los invito a recordar a Omaira -símbolo de esa tragedia- y a los miles de muertos de hace 25 años, y que eso nos llene de esperanza, estímulo y valentía para que este país pueda salir adelante”, dijo el mandatario al término de una ceremonia religiosa en Armero-Guayabal, como se llama hoy la población. “Colombia, sin excepción, tiene un deber prioritario e impostergable: ayudar a quienes la naturaleza ha golpeado tan duramente para que con el esfuerzo de todos puedan recuperar la fe en el porvenir”, añadió. Santos, sus ministros y otras personalidades asistieron al acto religioso frente a una gigantesca cruz blanca que se erigió en el mismo lugar donde se ubicaba la plaza principal de Armero y que el papa Juan Pablo II visitó en julio de 1986. Las autoridades estiman que unas 25.000 personas murieron, más de 8.000 personas resultaron damnificadas y 200 quedaron discapacitadas tras el deslave provocado por la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Santos también encabezó en Armero una reunión de gobierno en la que hizo énfasis en la prevención y atención de los desastres naturales y llamó a la solidaridad nacional, en momentos en que el país afronta una dura temporada de lluvias que este año deja unos 117 muertos y más de 1 millón de damnificados. La madre de Omaira La madre de Omaira Sánchez -quien murió a los 13 años tras permanecer varias horas con el lodo al cuello y las piernas atrapadas en los escombros de su vivienda- llamó a los colombianos a honrar la memoria de la niña “ayudando a los armeritas y a los niños desamparados”. “Ese sería el mejor homenaje para una niña que nos dejó el legado del valor y al amor a los demás”, señaló Garzón con la voz quebrada. Omaira Sánchez murió tras padecer frente a las cámaras de televisión y rodeada de decenas de periodistas, a través de los cuales clamó a su madre para que la rescataran, lo que no fue posible pese al esfuerzo de los socorristas y finalmente falleció el 16 de noviembre de 1985. La tumba de la niña en Armero se ha convertido en lugar de peregrinación, a donde acuden miles de personas que le atribuyen milagros. El párroco de Armero, Luis Velásquez, reclamó ayuda para los niños y jóvenes del pueblo, así como para “miles de Omairas que sufren toda clase de abusos en Colombia”, mientras que varios lugareños le pidieron a Santos crear fuentes de empleo y construir obras para el desarrollo de la región. Parque en homenaje El presidente de la República, Juan Manuel Santos, se comprometió a facilitar los recursos para concretar la construcción de un parque infantil en homenaje póstumo a Omaira Sánchez, la niña que el país entero vio morir luego de la tragedia de Armero. “El gobierno hará el aporte necesario para construir un parque infantil en memoria de Omaira Sánchez, como respuesta a dos de las peticiones efectuadas por la comunidad”, anunció el presidente Santos. El Primer Mandatario también recordó que en la época de la tragedia, cuando se desempeñaba como director encargado del diario El Tiempo, nunca había visto en su vida “a una niña de 12 años con tanto coraje, con tanta dignidad, con tanto valor, enfrentar a lo único que es importante en la vida: la muerte. La enfrentó y la derrotó”, dijo.
