En un hallazgo revolucionario, un equipo de científicos ha revelado que el interior de la Luna podría ser más geológicamente activo de lo que se pensaba, lo que abre nuevas perspectivas sobre la evolución de nuestro satélite natural.
Utilizando métodos avanzados de mapeo, los investigadores han descubierto actividad tectónica relativamente reciente en el lado lejano de la Luna, desafiando la creencia de que la superficie lunar está completamente inactiva desde hace miles de millones de años. Te puede interesar: Natalia Vélez Char: la neuropatología como misión de vida
La Luna, conocida por sus grandes mares (áreas oscuras y planas llenas de lava solidificada), ha sido tradicionalmente vista como un cuerpo geológicamente muerto desde hace alrededor de 3.000 millones de años. Se pensaba que las grandes crestas arqueadas en el lado cercano de la Luna se formaron por contracciones ocurridas en esa época remota. Sin embargo, el estudio de crestas más pequeñas en el lado lejano ha demostrado que este concepto es mucho más complejo.
Jaclyn Clark, científica investigadora asistente del Departamento de Geología de la Universidad de Maryland, quien lideró el estudio, destacó que los hallazgos sugieren que “muchos científicos creían que los movimientos geológicos de la Luna ocurrieron hace más de 2.500 millones de años”.

El equipo, compuesto por expertos del Instituto Smithsonian y la Universidad de Maryland, utilizó una avanzada técnica de mapeo y modelado para identificar 266 pequeñas crestas previamente desconocidas en el lado lejano de la Luna. Estas estructuras, que suelen aparecer en grupos de entre 10 y 40, fueron formadas en áreas volcánicas donde las debilidades en la corteza lunar permitieron la formación de estas características geológicas.
Al estimar la edad de las crestas a través del conteo de cráteres, los investigadores hallaron que estas formaciones son notablemente más jóvenes que otras estructuras lunares, lo que indica que la actividad tectónica en la Luna es más reciente de lo que se había supuesto. En particular, algunas de las crestas más pequeñas parecen haberse formado en los últimos 200 millones de años, lo cual es un periodo relativamente corto en comparación con la antigüedad de la Luna. Te puede interesar: Descubren ‘punto caliente’ en el cerebro donde se produce el envejecimiento
Este descubrimiento también trae a colación la posibilidad de que las crestas del lado lejano de la Luna tengan una estructura similar a las encontradas en el lado cercano, lo que sugiere que ambas formaciones fueron causadas por fuerzas geológicas similares, probablemente una combinación de contracción de la Luna y cambios en su órbita. Este patrón de actividad tectónica podría estar relacionado con los terremotos lunares detectados por las misiones Apolo en décadas pasadas.
Este avance tiene implicaciones cruciales para la planificación de futuras misiones lunares. El descubrimiento de actividad tectónica reciente podría afectar las decisiones sobre la ubicación de futuras bases lunares.

Los científicos sugieren que futuras misiones a la Luna deben incorporar herramientas como radares de penetración terrestre para mapear con precisión las estructuras geológicas debajo de la superficie. “Saber que la Luna todavía es geológicamente dinámica, tiene implicaciones muy reales sobre dónde planeamos ubicar a nuestros astronautas, equipos e infraestructura en la Luna”, concluyó Clark. Entérate: ¿Qué le pasaría a la Tierra si la Luna desapareciera? La IA responde
Este hallazgo no solo modifica nuestra comprensión de la Luna, sino que también plantea nuevas preguntas sobre la actividad geológica en otros cuerpos celestes, abriendo puertas a investigaciones futuras que podrían cambiar el curso de la exploración espacial.