Un equipo internacional de científicos descubrió una nueva entidad biológica en el microbioma de los seres humanos, cuyas características únicas lo sitúan entre los virus y los diminutos viroides, sin ser ninguno de los dos tipos de agentes infecciosos.
Marco de la Peña, investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP) y coautor del estudio, explicó que ahora el nuevo elemento, denominado ‘obelisco’ será estudiado con el fin de determinar de qué trata exactamente.
“Este hallazgo no solo cambia nuestra concepción de la escala biológica en el planeta, sino que además demuestra que probablemente aún nos queda mucho por descubrir en el mundo microbiológico”, indicó el virólogo español.
El estudio, realizado a partir de análisis bioinformáticos, descubrió que estas nuevas entidades biológicas son parte de nuestro microbioma, un complejo ecosistema microbiológico formado principalmente por bacterias, así como por hongos, protozoos y sus parásitos y virus.
Esta compleja red biológica juega papel esencial en nuestra salud, llegando a ser responsable de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes o trastornos autoinmunitarios y enfermedades mentales. De ahí la importancia de estudiar sus componentes, funciones e interacciones. Le puede interesar: La microbiota y su relación con las defensas
Los detalles del hallazgo fueron publicados en la revista Cell.
Un hallazgo casual
En la escala biológica, los viroides son los agentes infecciosos más pequeños conocidos y están por debajo de los virus. “Sabemos que infectan a las plantas pero existen también algunos agentes muy similares a los viroides que infectan a animales”, comentó De la Peña.
El investigador explicó que además, en los últimos años, se habían encontrado indicaciones de que estos viroides estaban infectando a organismos más simples como las bacterias.
“Llevábamos tiempo sospechando que tenía que haber algo más, porque era sorprendente que estos agentes infecciosos fuesen minoritarios y solo infectasen organismos complejos como animales y plantas”, aseguró.
Con esa idea, los investigadores estudiaron el microbioma humano, analizando muestras de heces de estudios previos de pacientes con diversos problemas intestinales.
Mediante análisis bioinformáticos, detectaron que el 7% de las muestras contenían unos novedosos agentes subvirales que se bautizaron como ‘obeliscos’ y que estaban presentes en personas enfermas y sanas, es decir, “no parecían estar correlacionados con ninguna enfermedad”.
En estudios posteriores, los investigadores también lograron detectar obeliscos en la microbiota bucal, en una cepa aislada de la bacteria Streptococcus Sanguínis, común en nuestra boca.
Después de analizar bioinformáticamente millones de datos genéticos, constataron que estos nuevos elementos infecciosos están distribuidos por todo el planeta y se han detectado hasta 30 mil nuevas especies de obeliscos en muestras medioambientales de todo tipo (microbiomas animales, ríos, suelos, mares, etc.).
Estructura y función de los obeliscos
Los obeliscos, llamados así por su forma de varilla alargada, son elementos genéticos móviles simples que infectan a bacterias, aunque los investigadores no descartan que puedan infectar a otros organismos más complejos como hongos o protistas.
“Ahora tenemos que ver cómo funcionan a nivel molecular y cómo se replican (...) En cualquier caso, estamos hablando de algo que nos rodea, y que, aunque lo acabemos de descubrir, lleva probablemente muchos millones de años en la naturaleza desempeñando un papel que ahora tendremos que desvelar”, puntualizó De la Peña.
Los investigadores creen que este nuevo hallazgo puede revolucionar la comprensión de la virología, la biología e incluso el origen de la Tierra.