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Ciencia

El músico detrás de una de las misiones más ambiciosas de la humanidad

Antes de leer esta faceta, vaya a YouTube y reproduzca: We will rock you. Uno de sus compositores ayudó a la NASA a traer las muestras de Bennu. Una proeza.

El músico detrás de una de las misiones más ambiciosas de la humanidad

Freddie Mercury y Brian May, líderes de la banda Queen, al lado de la cápsula que trajo las muestras de Bennu. Detrás, el asteroide.

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Francisco “el Pacho” Maturana puede sacar una muela. Bob Marley pudo haber jugado en el Real Cartagena y Rubén Blades puede sacar a alguien de la cárcel. Los grados profesionales u otros talentos innatos de personajes reconocidos suelen pasar desapercibidos para el público, incluso para sus seguidores.

Lea: No hay explicación para lo que halló la NASA al abrir el cofre de Bennu

Si bien la faceta política del abogado que compuso Pedro Navaja se conoció cuando fue ministro de Cultura de Panamá, su país de origen, pocos saben que el director técnico del glorioso 5 a 0 a Argentina en 1993 es odontólogo y que el rey del reggae, llamado “Tuff Gong” por sus cercanos, poseía una magia igual para jugar fútbol, que como la tenía para hacer música.

Música. En ese campo se mueve el virtuoso y afamado artista que protagoniza este perfil: Brian May (19 de julio de 1947). ¿Lo conoce? Si no es así, seguro habrá escuchado lo que compuso, canciones que se mencionarán en un par de párrafos a continuación.

Nacido en Twickenham, Reino Unido, May es un guitarrista y compositor que fundó en los años setenta, junto a Freddie Mercury y el baterista Roger Taylor, una de las bandas de rock más legendarias, tal vez la mejor, de la historia de la música: Queen.

Pero más allá de su legado artístico al hacer parte de la composición de piezas supremas como Bohemian Rhapsody, We will rock you, We are the champions, I want to break free y The show must go on, May tiene una reconocida carrera como científico.

Antes de que Queen rigiera su vida, el virtuoso guitarrista estudió Física y Matemáticas en el Imperial College de Londres. Luego, tras décadas de hacer historia en la música, regresó a la universidad en 2006 y al año siguiente se graduó como doctor en astrofísica. Su tesis consistió en el análisis de las velocidades radiales de un fenómeno conocido como nube de polvo zodiacal, pequeñas partículas que flotan por todo el sistema solar.

El nombrado como caballero de la Corona por el rey Carlos III en 2022 ha escrito varios libros sobre el espacio y la estereoscopía, una técnica que recaba información tridimensional a través de una imagen. Gracias a los avances en esa materia hoy la humanidad tiene un mapa 3D interactivo de todo el universo.

Además, el músico desde hace muchos años abandera campañas para concientizar sobre la naturaleza de los asteroides y la importancia de conocerlos, analizarlos, con relación a potenciales Apocalipsis como el que barrió a los dinosaurios.

Quienes conocen esta arista científica en su vida, se preguntaban a través del tiempo el porqué no había colaborado de lleno con las agencias espaciales y su carrera por entender al cosmos. No obstante, con May tal vez se cumplió esa máxima de “lo mejor se deja para lo último”, pues su trabajo junto a la NASA en la misión OSIRIS-REx permitió una de las gestas más ambiciosas de la historia.

Las muestras de Bennu

El pasado 24 de septiembre un paracaídas con colores playeros surcó los cielos de Utah, en Estados Unidos. En medio del desierto aterrizó una cápsula que contenía las muestras de Bennu, un asteroide que contiene moléculas que se remontan a la formación del sistema solar hace 4.500 millones de años y que ayudarían a descifrar el origen del universo. Aún hay mucha gente que no concibe cómo el hombre logró esto.

Bennu se descubrió en 1999 y tiene la altura del Empire State Building de Nueva York, medio kilómetro e ancho para ser más exactos. Su superficie negra y rugosa está llena de rocas grandes. Existe la hipótesis de que se estrellará con la Tierra en 159 años y, aunque esta posibilidad es de solo un 0,057 %, la NASA cree que en los 250 gramos que estudia encontrarán la clave para cambiar su trayectoria, en caso de ser necesario.

Los científicos eligieron Bennu porque es relativamente rico en moléculas orgánicas y, además, tiene una órbita conocida, lo que facilitó que la nave nodriza OSIRIS-REx pudiera acercarse para tomar muestras. Pero esta misión que inició hace siete años es sui generis en el ámbito matemático y físico. ¿Lo más bravo? Lograr que la sonda llegara a la superficie del asteroide y recogiera las muestras en seis segundos. Solo había una chance y sí muchas probabilidades de que una misión que comenzó en 2016 se fuera a la caneca.

Para ese logro el trabajo de Brian May fue crucial, pues fue quien creó las imágenes estereoscópicas a partir de los datos de la nave espacial. Con estos datos, la NASA eligió un lugar seguro para aterrizar y así recoger las partes del asteroide.

Además, mientras la NASA estudia las partes de Bennu, en el centro Espacial Johnson de la NASA en Texas, gracias al trabajo de May la ciencia tiene un atlas 3D completo del asteroide. El guitarrista en muchas ocasiones soltó la guitarra para producir imágenes estereoscópicas en 3D de objetos del sistema solar utilizando datos de New Horizons, Osiris-Rex y la sonda de muestreo de asteroides Hayabusa 2 de JAXA, la agencia espacial japonesa.

Por el momento, el músico y la agencia espacial separaron sus caminos por un rato. Brian May seguirá dando conciertos tributo de Queen y la NASA ahora lidera la mision OSIRIS-APEX, la misma sonda que fue a Bennu ahora se dirige a Apophis, un asteroide que se estima impactará a nuestro planeta en 2067. El hombre llegará a él en 2029.

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