Un reciente estudio ha desmentido la creencia popular de que existen antiguos depósitos de hielo de agua en la Luna. Esta revelación podría tener un impacto significativo en futuras misiones lunares, tanto en el mantenimiento de la vida humana como en la producción de combustible para naves espaciales. Lea: La NASA anunció la creación de un departamento para estudiar los ovnis
El nuevo estudio señala que la mayoría de las áreas de sombra permanente en la Luna, conocidas como PSR por sus siglas en inglés (Permanent Shadowed Regions), surgieron hace menos de 2.200 millones de años. Estas áreas atraparon hielo en el pasado reciente, lo cual redefine las expectativas sobre dónde encontrar hielo de agua en la Luna.
Cambio dramático en las estimaciones
Norbert Schorghofer, el primer autor e investigador principal del PSI (Planetary Science Institute), señaló que estos hallazgos “cambian dramáticamente las estimaciones sobre la cantidad de hielo de agua que hay en la Luna”. Según Schorghofer, ya no se pueden esperar antiguos depósitos de hielo de agua en el satélite terrestre.
Implicaciones para la Exploración Espacial
Estos descubrimientos tienen implicaciones profundas para futuras misiones lunares. Las PSR han sido tradicionalmente un foco principal de la exploración lunar debido a la creencia de que podrían contener depósitos de hielo de agua. Ahora, con la revelación de que cualquier hielo en estas regiones es probablemente de origen reciente, los científicos tendrán que replantear sus estrategias.
Las claves de la edad lunar
“La edad media de los PSR es de 1.800 millones de años, como máximo. No hay depósitos antiguos de hielo de agua en la Luna”, afirmó Schorghofer. Esta aseveración se basa en cálculos que cuantifican la edad de los PSR y desmitifican la creencia de que podrían haber atrapado agua desde su formación.
Comparación con Mercurio
El estudio también brinda pistas sobre por qué las regiones polares del planeta Mercurio tienen mucho más hielo que las de la Luna. Los PSR de Mercurio son mucho más antiguos y podrían haber capturado agua desde el principio de su formación.
En resumen, los hallazgos del estudio cambian el paradigma de cómo se debe abordar la exploración lunar en busca de hielo de agua. Esto no solo altera las expectativas científicas, sino que también podría influir en la planificación de futuras misiones espaciales a nuestro satélite más cercano.