En medio de un puñado de esponjas blancas, este espécimen liso, dorado y en forma de cúpula, de poco más de 10 centímetros de diámetro, estaba firmemente adherido a una roca. Un pequeño agujero o desgarro cerca de su base reveló un interior de color similar, tal y como mostraron las cámaras del vehículo remoto de exploración que localizó la criatura. Lea: Un hito de ciencia ficción: incuban riñones humanos en cerdos

“Si bien pudimos recolectar el ‘orbe dorado’ y llevarlo al barco, todavía no podemos identificarlo más allá del hecho de que es de origen biológico”, explicó en un comunicado Sam Candio, científico de la NOAA y coordinador de la expedición Seascape Alaska 5: Gulf of Alaska Remotely Operated Vehicle Exploration and Mapping.
“Probablemente no aprenderemos más hasta que podamos llevarlo a un laboratorio donde podamos seguir aprovechando la experiencia colectiva de la comunidad científica con herramientas más sofisticadas de las que podemos mantener en el barco.
Aún no está claro si el ‘orbe dorado’ está asociado con una especie conocida, una especie nueva, un espécimen extraterrestre o quizás representa una etapa de vida desconocida de una existente.